martes, 3 de noviembre de 2009

Desde adentro

(respecto del articulo de Alberto Dearriba del 26 de octubre: http://fabianmantaras.blogspot.com/2009/10/otro-17-de-octubre.html?zx=4c6348d5a2c32b16)


Nunca falta el necio que expone sus deseos como si fuesen el relato de la realidad. Manipuladores de la peor laya que disfrazan su discurso colonial de progresismo y ofenden impúdicamente a los actores de la historia. Fisgones que la miran desde afuera con envidia y se masturban con sus propios dibujos a falta de una pasión genuina.

“Ser peronista quiere decir cada vez menos” dice el falsario que desprecia la identidad mayoritaria del pueblo argentino como la gesta de su revolución inconclusa. De qué sirve explicarle al perverso lo simple que es identificar al peronista de los usurpadores de títulos? Él elige “sus” peronistas a sabiendas de las tres banderas blindadas del peronismo que son la Justicia Social, la Soberanía Política y la Independencia Económica. Él sabe como todos, peronistas o no, que la ausencia o contradicción con cualquiera de estas banderas es irremediablemente excluyente. Él es el impulsor del llamado “peronismo disidente” que significa literalmente, los que disienten con el peronismo.

El peronismo es un movimiento cultural y de masas. Aun con sus certezas es dueño de todas las contradicciones que eso implica. Como identidad política y cultural es de un atractivo irresistible para todo el que tenga verdaderas aspiraciones de llegar con su discurso a las mayorías argentinas. Pero es una identidad colectiva y, por sobre todo, nacional. Los pretenciosos del “peronómetro” deciden quienes son o no peronistas de acuerdo con sus conveniencias ideológicas. En definitiva la Inquisición, los cruzados y hasta el propio Hitler se manifestaban cristianos sin que haya hoy sofistas que se atrevan seriamente a escribir atribuyendo esos crímenes al cristianismo. Pero con el peronismo eso está habilitado. El intelectual “progre” y biempensante, con pretensiones de librepensador suele ser la mascarada del racista más energúmeno que se solaza, en realidad, en el desprecio por las clases sociales que nutren al movimiento popular. Hambriento de la derrota del nacionalismo popular y del peronismo alienta a los usurpadores más oscuros que penetraron al peronismo. Pero lo que más repudia es la capacidad del peronismo de renacer de sus cenizas. Los anticuerpos referidos por Perón que se desinfectaron del menemismo como antes lo habían hecho con el vandorismo y hasta con López Rega. El sofista quisiera que la última expresión en pie de la política argentina fuese por fin superada por una experiencia coyuntural, reconociendo con explicita superficialidad la historia frentista del peronismo que nunca se presentó en soledad ante una contienda electoral. La transversalidad, a su criterio, debe implicar la renuncia a la identidad peronista, porque sino se le notan los negros.

El sofista reconoce la tensión entre peronistas y gorilas y menciona su vigencia en el enfrentamiento de los Kirchner a las corporaciones, desde su lugar de altura y simulando no estar con ninguno de ellos. Y para eso, el discurso progresista dice que los beneficiarios de las políticas oficiales son “presuntos”, y que “no sienten mejorar su calidad de vida”. Para él “la disputa por la ley de medios resultó más incomprensible aún para las grandes mayorías populares” sosteniendo que la disputa por los derechos sociales debe esperar a la comprensión de los beneficiarios (o presuntos…perdón). Se entiende fácil: no alimentar al bebé hasta que entienda porqué debe comer. Y en esta metáfora el bebé es de la medida de los sofistas que sentencian que las mayorías no comprenden, y no que son saturadas por escribas como ellos con el fin de confundirlas.

En su discurso los logros del gobierno son apenas reconocidos con un “más allá de…” que precede siempre a la critica miserable, que es la que reduce el tema de discusión a una coyuntura de días. Para esta clase de rufianes el desprestigio de la política se debe al egoísmo de los políticos y nada tiene que ver con que miles de militantes hayan caído en el peor genocidio de nuestra historia, ni con que los medios de comunicación hayan alcanzado un poder tal que terminaron reemplazando a la política. Estoy convencido de que es deficiente la interpelación del gobierno con el campo popular, y que la clave del triunfo de esta restauración moderada del proyecto nacional pasa por que las clases populares lo sientan propio. También reconozco que no fueron suficientes, en estos 6 años, los esfuerzos o las voluntades para restablecer el tejido vincular del pueblo con su gobierno peronista (…frentista, como los gobiernos peronistas). Pero le agradezco a Cristina que tenga el coraje de intentar el saldo de las viejas deudas sociales sin esperar a que las masas se manifiesten. Queda mucho trabajo para hacer de adentro, que es más importante que mirar de arriba.

Ariel Magirena




domingo, 11 de octubre de 2009

Tenemos ley de democratizacion de los medios audiovisuales


Hemos instalado una bisagra en la historia argentina. Hemos remontado la dificultad y deshecho uno de los nudos del tenebroso tejido que los poderes concentrados y su maquinaria maldita motorizaron cobrandose cada uno de nuestros derechos obtenidos en el concurso de la revolucion inconclusa. Esa revolucion contra la que utilizaron todos los recursos al alcance y creado nuevos y perversos metodos. la tragedia del nacionalismo popular comenzo con hechos ineditos en el mundo como el bombardeo de la poblacion civil en junio de 1955. El ensayo de la dictadura de entonces para el robo de las palabras que nos daban sentido. Ni los nombres de los lideres de esa revolucion, Peron y Evita, era posible mencionar. El previo fue el terror y apenas lo comenzariamos a conocer: los fusilamientos de civiles y militares que conspiraban para la recuperacion de la democracia con justicia social, la proscripcion del partido de las masas acatada por los partidos que llegaban impudicamente al gobierno... El descubrimiento del enemigo del hecho fatal de que las banderas de la lucha seguian sin arriarse, comprobado en la militancia de una juventud que seria capaz de retornar al viejo lider, que dejaria los ultimos meses de su vida defendiendo el juego en un tablero en el que la incipiente democracia argentina era acosada y rodeada por dictaduras. Y la dictadura por fin que llevo el terror a extremos impensados cobrandose la vida de 30.000 militantes que no solo soñaban una patria juta, libra y soberana, sino que la construian y peleaban. Hizo falta tanta sangre y tanto miedo para poder instalar el nuevo paradigma sobre una plolitica degradada por el asesinato de sus cuadros. Asi se consiguio suplantar a la politica por los medios de comunicacion que tuvieron necesariamente que ser concentrados y excluyentes para robarnos las palabras y el sentido. Desandar este camino de tinieblas no devolvera la vida de los 30.000, ni de los resistentes, ni desbombardeara la Plaza de Mayo, pero nos habilita a recuperar los sueños. Lo conseguimos y recien comienza la batalla. Aceptemos el desafio de recuperar la palabra para recuperar la politica. Gracias, compañeros por estar compartiendo este momento y esta lucha. Gracias Cristina por encabezar valientemente este cometido frente a tanto cobarde y sumiso de la politica argentina. Y por darnos el entusiasmo en la certeza de que vamos por mas.


Ariel Magirena 10/10/09

miércoles, 26 de agosto de 2009

El cuchillo entre los dientes

(Análisis y perspectivas frente al resultado de las elecciones parlamentarias del 28 de junio)


Mucho, y naturalmente, se habló del voto suicida del 28 de junio y sus posibles orígenes. Permítanme sumar algunos aspectos poco presentes en medio de la secuencia de emociones que sucedieron a la sorpresa de los resultados. No es gratuito haber llegado a esta cultura de desidia política, susceptible a la manipulación mediática. El previo de todo esto es la "máquina de matar". Un plan que fue patentizándose desde los bombardeos del 55, los fusilamientos del 56, la proscripción del peronismo y de la constitución del 49, la prisión de los militantes de la resistencia y la prohibición de la palabra. En la década del 70 se profundizó con el genocidio y la peor expresión del terrorismo de estado que se comió una generación y desarticuló la red social. La política desapareció de los hogares como modo de los sobrevivientes de proteger a los más jóvenes. La receta era "no te metas en política" y la frase de diseño de los publicitarios de entonces penetró dramáticamente: "algo habrá hecho" .
"algo" (indefinido) y "hecho" (cualquier acción).Y permítanme remarcar esto: lo contrario de "algo" es "nada" y lo contrario de "hacer" es "no hacer" y ese era el mensaje.
La política en la argentina sería otra desaparecida si los propios errores del Proceso y la configuración del nuevo modelo geopolítico dictado por el imperio (el de las democracias restringidas) no hubieran sugerido su salida al gobierno militar. La política argentina floreció de un tronco moribundo, con los actores que la dictadura permitió vivir y los pocos que se le escaparon. Con lograda mayoría de políticos que sirvieran a ese país se construyó la nueva política y, por si la política real resucitara, se materializó el plan para su vaciamiento y desprestigio. Con la política convertida en mala palabra ninguno de los que quieren ser calificados como buenas personas quiso ser político. Y los políticos de militancia, y los cuadros sobrevivientes, aceptaron la roña en la que debieron meterse para hacer política, muchos, poniendo en juego su prestigio.
La verdadera sorpresa en este contexto es la irrupción del kirchnerismo. Ya nadie pedía ni esperaba nada de la política. Instalado el paradigma mercantil de la política aceptado gustoso por el progresismo (que sostuvo y fundamentó la convertibilidad hasta su muerte en 2002), la aspiración mas ambiciosa del electorado argentino eran la gobernabilidad y, si fuera posible (por favor...) el honestismo.
Mientras se buscaba la salida de la crisis (la peor de la historia argentina, se acuerdan?), golpeaban cacerolas, enjuiciaba al estado por sus dólares (cuyo eufemismo era "ahorros") y se inventaba un modo informal (que también se corrompió velozmente) de las relaciones económicas en el capitalismo monetarista como era el trueque, el gobierno de Néstor Kirchner destruía la Corte Suprema de la mayoría menemista, derogaba los decretos de protección de represores respecto de la justicia extranjera, pasaba a retiro a decenas de altos mandos militares, promovía la política de derechos humanos, imponía una quita de 60 mil millones de dólares a la deuda externa, rompía con el FMI, aniquilaba las relaciones carnales con EUA, restablecía buenas relaciones con cuba, derogaba la ley banelco, recuperaba las paritarias, anulaba las leyes de impunidad, promovía los juicios a los represores, retiraba los retratos de los generales golpistas del Colegio Militar, le daba la ESMA a las madres y los Organismos... alguien necesita acordarse de algo más? Nada de esto estaba en la agenda electoral.
Los resultados de junio son la confirmación de que el electorado argentino está a la derecha de los Kirchner, pero no es gratuito: No es por el GEN argentino. El vacio de la política se consiguió con muerte. Los medios de comunicación actuaron después, sustituyéndola.
El problema es que mientras buscamos recuperar la política es indispensable reforzar el modelo en marcha; imaginándonos el peor escenario para el 2011, que es la posibilidad cierta de no tener un nuevo mandato. El peor negocio, quedó demostrado, es el intento de correr a Cristina por izquierda. Aunque les duela a muchos, no hay nada real a la izquierda de este gobierno. El triste papel del infantilismo (dijo Lenin...) de disputarle al gobierno su porción del electorado progresista redundó previsiblemente en el crecimiento de la derecha. Qué tal si los "progresistas" que votaron a Sabattella o a Pino se hubieran comprometido con el momento histórico? El proyecto popular no hubiera perdido nada. Y estamos hablando de los sectores que declaman un discurso progresista!! Esos que van a intentar justificarse señalando como lo hacen los "buchones" las defecciones de la derecha peronista DE LOS QUE SI ESPERABAMOS UNA AGACHADA... Resulta que en lugar de celebrar que Néstor Kirchner conseguía que los grandotes del barrio estuvieran esta vez de nuestro lado la propuesta fue dejarlo solo entre los peores...
Pero no estuvo solo. Ni lo está.
Hoy escuché uno de los micros de historia que emite Radio Nacional. Contaba que para cuando las invasiones inglesas, los indios Ranqueles (los Tehuelche) habían ofrecido 10 mil lanceros para enfrentar a los "casacas rojas" y una tregua con los "huincas" a tal efecto. Aunque los hombres no fueron aceptados, si la tregua, que permitió la participación de los Blandengues para la reconquista. Los tehuelche no detuvieron nunca su guerra con el blanco, pero entendieron (sin leer a Marx) que era más inteligente sumar fuerzas en la coyuntura contra un enemigo peor y más fuerte: el extranjero.
Tal vez solo le queden dos años a esta etapa inesperada de reedición moderada del modelo nacional y popular. La responsabilidad de hoy es, entonces, apoyar a Cristina para saldar la mayor parte posible de las deudas de 60 años con nuestro pueblo. Imponer con todos los medios posibles la recuperación de los resortes estratégicos de la economía y la política social. Robustecer el estado resucitado. Distribuir la riqueza hasta el último centavo de esa caja por la que vienen. Devolver la dignidad a un pueblo que la olvidó y a las generaciones que no la conocieron. Difundir el mensaje, comprometer a los beneficiados y enfrentar al enemigo con la fiereza que supo tener el pueblo argentino.
Convencidos y militantes.
"LA PATRIA DEJARA DE SER COLONIA O LA BANDERA FLAMEARA SOBRE SUS RUINAS" (Eva Perón).
A.M.




Cultura y politica en el peronismo

(Publicado en el periódico Miradas al Sur el 29 de marzo de 2009, a propósito de un artículo homónimo de Alejandro Horowicz, del 15 de marzo en el mismo medio)


La identificada “intelligenzia” argentina sobre la que escribió Jauretche quedo “fatalmente ligada” al pensamiento colonial y a prejuicios sociales de tipo racista.” Alpargatas si, libros no” fue la expresión de la compulsa entre la cultura de masas y el modelo extranjerizante en el momento en que la primera fue convidada por el peronismo a participar del debate de un modelo de Nación. En ese contexto la frase de las alpargatas es la síntesis que el nuevo actor social encontró en el lenguaje que todos podían entender: una perla de la comunicación; una joya del marketing directo con el defecto de no haber salido (o si??...) de los claustros.
“La gran masa del pueblo” interpretó enseguida que la nueva Nación que estaba invitada a construir tenía en la universidad a la escuela de los sostenedores ideológicos del modelo que los había explotado y sometido… y le marcó la cancha. Acaso algún ignorante sugiere que el peronismo, que en su 1º y 2º gobierno invirtió y desarrolló en educación por encima de la suma de todos los gobiernos anteriores y posteriores en el siglo XX tenía como proyecto el analfabetismo? Alguno supone que los obreros que cantaron la consigna de las alpargatas dejaron de mandar a sus hijos al colegio? Sabemos todos que no. El problema era de quienes sostenían la batalla cultural en la comodidad de los dos paradigmas dominantes - el capitalismo y el comunismo- y ambos rechazaban al nuevo e inesperado monstruo, al que fanática e irracionalmente ponían en las filas del otro (la izquierda lo llamó fascismo y la derecha lo tildó de comunista).
Todo proceso de cambios produce dolor. Aun cuando se plante en términos pacíficos como el peronismo. Aunque no fuera ortodoxa, no era más que la simple (o compleja) cuestión de la lucha de clases en el momento en el que la izquierda gorila abdicaba de su bando natural. Abdicación que la izquierda sindical no acompañó: es emblemático el aporte de comunistas y socialistas, delegados de base o dirigentes, al trazado de la doctrina naciente y nuevo paradigma. Pero esa abdicación de la intelectualidad de la izquierda conservadora (que termina socia del embajador estadounidense y la derecha en la célebre Unión Democrática) no fue emulada por su par del pensamiento nacional, pero para algunos Jauretche, Scalabrini, Manzi o los “traidores” Cooke, Puiggros o Walsh están fuera de la categoría.
Queda patentizado grotescamente que el claustro no podía soportar 2 reformas en menos de medio siglo: la autonomía y la apertura social. La primera la había puesto en sus propias manos al servicio de un nuevo modelo educativo, pero la segunda la pondría al servicio de un proyecto de Nación. Cómo se dio esa puja está vinculado al modo de dirimir la política en el contexto histórico-socio-cultural. Los reformistas no tuvieron problema para desarrollarse y multiplicarse durante los lapsos pseudo-democráticos en los que el peronismo estuvo proscripto. Mal podía el referido “2º peronismo”, la resistencia –que contaba con sus propios intelectuales (Marechal incluido) tener alguna simpatía con quienes nunca alzaron la voz a su favor, o al menos desde una perspectiva “demócrata” objetaran la proscripción… por el contrario en actitud desvergonzada por conservadora aquella intelectualidad seguía prefiriendo batallar con su némesis clásica.
Para su desdicha el nuevo paradigma, el peronismo, se había infiltrado en la sociedad. Como fenómeno cultural y masivo salía de los hogares y de las fábricas y se reproducía. No se podía decir “Perón” pero se pensaba “Perón”. Y los jóvenes formados en la negación cínica del peronismo pudieron leer en los espacios vacios del discurso cotidiano. Y claramente decía “Perón”. “Perón” pensaba el pueblo y lo pronunciaba en los actos clandestinos del caño, la tiza o el carbón… o en la jerga en la que todo - el macho, el hombre, el que te dije, el viejo, papá, el general o el coronel…-todo quería decir “Perón”.
El autoengaño era grosero cuando el artículo 14 bis de la repuesta constitución de 1853, incluido por decreto para arrasar la constitución del ’49 tras el golpe de la “fusiladora” decía “Perón” y la ley de contrato de trabajo decía “Perón” y las escuelas y obras públicas que no se atrevieron a demoler (porque a otras se atrevieron) decían “Perón”.
La muerte de Perón signo sin solución el referido 3º peronismo entre el entusiasmo del luche y vuelve, el gobierno de Cámpora, la estrategia de Perón, el Isabel-lopezreguismo, los anticuerpos que expulsan a “lopecito” y consiguen las elecciones anticipadas y el golpe genocida del cual los peronistas fueron víctimas preferenciales. Sucumben también los claustros por su composición peronista y de izquierda.
El artículo de Alejandro Horowicz es una pieza de colección. Tiene el valor de una pictografía de hace un millón de años al lado de las expresiones actuales de la izquierda madura aliada al pensamiento nacional y latinoamericanista como la que se expresa y convive en Carta Abierta, que reivindica el análisis crítico y reconoce la compulsa entre dos proyectos antagónicos que, con la forma que hoy ostente, sigue siendo “colonia o Nacion”; postergando a sabiendas y responsablemente debates subalternos o retardatarios para acompañar en el momento oportuno –que es cuando las cosas están ocurriendo- a un gobierno que toma medidas soberanas y de trascendencia histórica, sin asustarse de la identidad peronista de su parte principal. Como FORJA: aquellos intelectuales que fueron depuestos junto con el peronista Leopoldo Marechal.


Ariel Magirena (periodista)


domingo, 2 de agosto de 2009

Detrás de la noticia. (Esto no se publica...)

La UTPBA de Canal 7 censura a un periodista!!!!!



Me tocó padecer una situación inaudita. La comision interna del noticiero de canal 7, donde trabajo, emitió un comunicado de repudio hacia mi por la publicación de un analisis del tratamiento de los medios en relación con la gripe A en el periodico Miradas al Sur. La jugada se enmarca en una vieja disputa en el terreno politico gremial que se agudizó cuando encabecé, por primera vez en 16 años de su mandato, a la lista única que domina esa comision interna. Las diferencias politicas son lo suficientemente graves como el hecho de que esa comisión interna rechazara en asamblea mi propuesta de que nuestro colectivo de trabajo se manifestara a favor de una nueva ley de medios que derogara la de la dictadura. Es la misma comisión interna que acusó a la actual gestión del canal de ejercer la censura cuando, por linea editorial, decidió no sumarse a la agenda de los multimedios en la abierta campaña sobre la inseguridad. No creo, por el momento, necesitar de ninguna medida de apoyo, aunque es conocida la historia de que quien se les opone es "trasladado" fuera del noticiero. Sólo quiero ponerlos al tanto, tal me lo aconsejaran mis compañeros de la Comision de Medios Audiovisuales de Carta Abierta. Aqui abajo transcribo textual (y con la puntuación original) la nota que la comision interna publicó en la cartelera del noticiero y mas abajo mi respuesta. Para quienes no leyeron el Miradas al Sur del 12 de julio reproduzco el artículo al final.



El texto de la comision interna:

17 de julio de 2009
CONTRA LOS OPERADORES OPORTUNISTAS

La television pública está siendo objeto de una serie de burdas operaciones de prensa que, por lo que parece, se generan tanto desde adentro del oficialismo como desde sectores que pretenden atacar al gobierno.Los objetivos de sus autores para desnostar (sic) a Canal 7 no están tan claros como sí lo están su escaso talento y estrechez mental para elaborar una crítica creíble, y basada en los hechos, en lugar de apelar a una retórica penosamente vacía y llena de lugares comunes, o lo que es peor, a mentir descaradamente y fabular interpretaciones.La primera de estas operaciones apareció el pasado domingo 12 de julio, en el diario Miradas al Sur, -un periódico oficialista- en un artículo titulado "Los medios y los miedos", pretendidamente dedicado a analizar la manera en que los medios cubren la epidemia de gripe A en la Argentina, firmado por Ariel Magirena, quien paradójicamente, se desempeña como cronista en el Noticiero de Canal 7. Magirena afirma livianamente allí que la televisión pública no hace mas que seguir la agenda de los medios privados, y que hay una "ausencia de una propuesta esclarecedora y responsable por necesidad y urgencia."Es evidente que el artículo vacío e insustancial de Magirena es apenas un instrumento para que otros, que no se muestran, jueguen a sus pequeñas internas contra la conducción del SNMP, pero también contra el Noticiero de Canal 7 y por lo tanto, contra todos sus trabajadores. Haciendo perfecto juego con esta pseudo-critica, y de manera simultánea, la edicion electrónica del diario Perfil se hizo eco de un delirio conspirativo publicado por el blog "Notero de a pie", del que mencionar que tiene entre sus fuentes a Seprin, la cloaca de los ex servicios de inteligencia, nos exime de todo comentario adicional.Segun Perfil, citando al mencionado blog, el programa de Canal 7 "678" habría sido objeto de una censura al tratar el tema del supuesto enriquecimiento ilícito de los Kirchner, siendo levantado del aire por ese motivo. Lo que ocurrió, y que habia sido anunciado con antelación en la difusion de las grillas semanales y por los propios conductores del programa fue que se había determinado que por la transmisión de un partido del seleccionado de vóley, tanto ese programa, como el noticiero que iba a continuación, durarían (sic) media hora. Los trabajadores del Noticiero, quienes hemos sostenido, cuando nadie lo hacía, la idea de la televisión pública, evitando, junto a nuestro gremio, la UTPBA, la privatización y el saqueo de este Canal durante el menemismo y la Alianza, y el despido de trabajadores de prensa en todas las administraciones, repudiamos enérgicamente estas malintencionadas operaciones de prensa contra Canal 7 y rechazamos a los descarados oportunistas que, incluso desde adentro del canal, pretenden sacar provecho político o personal y servir a internas trasnochadas.
COMISION INTERNA DEL NOTICIERO DE CANAL 7


Mi respuesta:

Que te pasa?...

La comisión interna nos falta el respeto, sugiriendo que no sabemos entender el contenido de un artículo periodístico e interpretándolo con groseras mentiras para justificar su bajeza al momento de insultar a este periodista. No voy a reiterar ese acto de soberbia aclarando sobre lo que no escribí ya que sobresale la mala intención cuando, en lugar de hacer la cita textual, se “cuenta” lo que digo, y cuando hay cita se la descontextualiza: Sólo hay que leer el artículo.No merece mi respuesta, sino la de un psicoanalista, la teoría conspirativa que grotescamente enuncia, aunque llama la atención la defensa innecesaria y desubicada que hace de la conducción política del canal. Pretender que cuestionar el desaprovechamiento de los medios públicos ante tópicos puntuales implica una jugada "contra la conducción del SNMP", a la que apoyo públicamente, motivo por el cual nos hemos enfrentado en asambleas en reiteradas ocasiones, es rebuscado e insustento, pero agregarle que es contra el noticiero y sus trabajadores es delirante y malicioso del mismo modo que relacionarlo con un ignoto blog de su consulta.Ofende a todos los periodistas que delegados que pertenecen a un sindicato abanderado en la defensa de la libertad de expresión y un gremio que pagó con vidas su compromiso cometan semejante acto de censura. Como afiliado y militante en y con la UTPBA durante mas de 20 años los invito a firmar sus opiniones personalmente sin involucrar su coyuntural categoria gremial.
Ariel Magirena


Artículo del periódico Miradas al Sur :

Los medios y los miedos
Por Ariel Magirena

El tratamiento por los medios de la Gripe A expone aspectos profesionales y éticos que sobresalen. En primer lugar porque revela criterios globalizados al momento de darle estado periodístico. La irrupción de una enfermedad rara con un impacto minúsculo en la población podría haber inspirado apenas un capitulo de una serie sobre médicos como la muy popular Dr. House, sin embargo se convirtió en un fenómeno de la comunicación que se lleva las portadas y ofrece, al menos en nuestro país, un suculento provecho político. Por lo que vale una vida se justifican aquí las medidas sanitarias oficiales y el interés periodístico, sobre todo por la particularidad de su veloz expansión, pero exige también una responsabilidad social que está ausente. Una aproximación cronológica: en los primeros días el show de los medios se montó sobre una medida oficial: la clausura de los vuelos entre nuestro país y México, origen del virus mutante. El aeropuerto de Ezeiza fue ocupado por móviles y cronistas que, de acuerdo con la línea editorial de sus empresas, cundieron la alarma y “anticiparon” los casos cuando aun no existían. En un país sin infectados y con medidas preventivas radicales se alentó la psicosis mediante el poder de la imagen, cuyo objeto fetiche fue el barbijo, convertido pronto en un fenómeno comercial. Cuando se confirmaron los primeros contagios la campaña, con folletería y spots, del Ministerio de Salud ya funcionaba, pero los medios salieron a buscar sus propios especialistas y a difundir sus propias conclusiones haciendo un aporte a la confusión muy difícil de desactivar. Mediáticos sin matricula médica, como el presidente de la novísima organización “Médicos sin bandera” (nombre intencionadamente parecido a la conocida Médicos sin frontera) se convirtieron con llamativa facilidad en referentes de consulta pese a la desautorización concreta del comité de crisis que se formó con los Ministerios de Salud y ONGs como Red Solidaria. La adjetivación condicionó a la información y la reemplazó. De nada valieron entonces las desmentidas de los servicios sanitarios, por cierto sobredemandados, cuando la prensa decretó que estaban “colapsados”. Al fenómeno del barbijo (desaconsejado para quienes no están infectados) se sumó el del alcohol en gel que eclipsó la recomendación fundamental del lavado con agua y jabón (por lo menos lo que abunda aquí no daña y el abuso sólo produce deshidratación en la piel). La ex Ministra de salud Graciela Ocaña pasó en muy pocos días de responsable a mártir por el sólo (aunque no menor) hecho de su renuncia. Del mismo modo se califican sospechosas – y se analogan caprichosamente con las del INDEC- las cifras que se difunden de infectados y muertos, y se responsabiliza al Gobierno Nacional, cuando surgen de datos de los municipios y las provincias. Los canales de noticias dan la información general compartiendo pantalla con una placa catástrofe sobre la Gripe A o con la reiteración en videograf en la parte baja del cuadro. La lógica mercantil de los medios trata a la enfermedad como un producto generando rating y negocios, pero también efectos políticos. Es evidente que no busca esclarecer ni paliar el azote. La agenda periodística está marcada y nadie puede escaparle. Los medios públicos están obligados a seguirla aunque persigan otra lógica y sean débiles en el cometido de torcerla, pero no parecen seducidos a marcar la suya. En medio de la confusión resalta la ausencia de una propuesta esclarecedora y responsable que se ofrezca como alternativa por necesidad y urgencia. En un proyecto estratégico de comunicación, como en el cercano caso de Brasil, la agenda pública -política, sanitaria, educativa o de seguridad- penetra los medios (no solo los estatales) y sus productos (las telenovelas, los noticieros, los talk shows…). Los personajes que aquí ”chivean” un café o una mayonesa, por esos lados forman conciencia incorporando el uso de preservativos, el valor de la lactancia o el repudio del racismo, por mencionar ejemplos. Sin llegar a ese ideal la Gripe A podría aparecer en programas especiales y en micros puntuales que protagonicen las grillas desplazando anuncios publicitarios u otros subalternos. Estamos a tiempo.

martes, 28 de julio de 2009

Discurso hegemónico, objetividad y ética

(Ponencia premiada en el 3º Congreso de Periodistas Chiapas-Mejico y 1º Congreso Mesoamericano de Periodistas. Tuxtla Gutierrez, marzo de 2009)
.
.
Nunca como hoy la relación entre medios de comunicación y poder había respondido con este nivel implacable de dialéctica al punto de romper los paradigmas fundamentales del periodismo. Ante la abundante literatura acreditada existente, vamos a saltearnos el análisis de cómo llegó el capitalismo en su fase más perversa, el neoliberalismo, a instalarse como discurso hegemónico y a diseñar ideológicamente la estructura actual de la propiedad –la concentración– de los medios de comunicación de masas, para intentar abordar la problemática del ejercicio del periodismo, que hoy entraña, como nunca, la pertenencia de clase de los trabajadores de prensa. Probablemente esta conciencia sea uno de los escollos más visibles al momento de pensar y discutir los aspectos de incumbencia social como los de organización y lucha gremial en el ejercicio de nuestra profesión. Convertida la información en mercancía y los medios en escaparates el actual modelo informativo no necesita periodistas más que vendedores.Así el modelo del, o la, periodista exitosos es el de mayor exposición, investido de un poder que aquilata sus capacidades de seducción y de persuasión. Un modelo individualista y superficial que forma “estrellas” que están por encima de la sociedad y de las relaciones de clase.Un modelo que es doblemente mentiroso al sugerir a sus estrellas periodísticas que son más importantes que la mercancía que venden, ocultándoles que ellos mismos son una mercancía. Un modelo que también vende vendedores.
Sabemos que la palabra expresa el pensamiento, por lo que también influye en el pensamiento. La desaparición de categorías en el relato social, cuidadosamente secuestradas en la guerra semiológica, implica la clausura de conceptos que describen la lucha de clases con la intención de que lo que no se describe no exista. Así en la Argentina, laboratorio de preferencia del pensamiento colonial, el discurso hegemónico virtualmente suprimió de la lex política la denominación del “pueblo”, eje, protagonista y sentido de la lucha social, por el lavado apelativo a la “gente”, categoría preferida por la inmensa y reaccionaria clase media que entiende así excluyentemente a sus pares. Del mismo modo se inaugura la universalización de categorías como regalo a las oligarquías o las nuevas burguesías, como está ocurriendo respecto del conflicto de intereses desatado por los terratenientes en relación con la renta extraordinaria de las exportaciones agrícolas, a quienes, graciosamente, la prensa liberal califica de “campo”, a pesar de que representan el tercio de los propietarios y el 5% de la capacidad productiva (medida en fuentes de trabajo). Así también, sólo como ejemplo, los residentes de los barrios más carenciados son “habitantes” u “ocupantes” en oposición abierta a “ciudadanos”, o los niños en delito no son sino “menores”, hoy bandera de la campaña sobre la “inseguridad”.
Casi está de más decir que esta clausura de categorías impone también la agenda periodística y habilita el “relato” de la realidad que, por cierto, está embebido de la estructura ficcional que funde y confunde la información con el show. A pesar de que el análisis científico de los medios revela la grosería con la que se aplican los mecanismos de manipulación el sistema cuenta con que la prensa está formada con su modelo discursivo y su perspectiva. De tal manera que no necesita que cada redacción tenga en sus mesas “cuadros” ideológicos que marquen el sentido editorial o actúen como policías del pensamiento. Si no posee pensamiento crítico, el periodista liberal reproduce “naturalmente” el discurso y la perspectiva dominantes. Los medios degradan, corrompen y sustituyen el sentido común mientras encorseta a los periodistas y comunicadores en paradigmas vetustos pero que le son favorables. El primero es uno de los mitos mejor instalados y convertido en valor y prejuicio: la objetividad. Los medios de masas no necesitan ser objetivos sino simplemente declararse así, del mismo modo que se titulan “independientes”, y replican a los medios, y periodistas efectivamente independientes, exigiéndoles “objetividad” en un escenario en cuya composición sólo aparecen los elementos por ellos seleccionados. La reivindicación de la objetividad periodística busca anular al periodista y al comunicador como “sujeto” para tenerlo como “objeto”, como herramienta. De hecho la objetividad es el atributo de los objetos; la de los sujetos, la subjetividad. Es aquí donde se impone declarar un frente de batalla en la guerra semiológica: el periodista no será objetivo sino, veraz, profundo, responsable y contextual, todos ellos valores éticos fundamentales y excluyentes.
Pero, ¿qué pasa con los comunicadores que no son periodistas? Para desgracia del modelo liberal no están formados en sus claustros ni en sus empresas y, aunque no dominen las técnicas ni la teoría de la comunicación de masas, son la voz emergente de un contexto social definido, aún cuando innominado. Y representan, probablemente, la trinchera de la verdadera contracomunicación frente al discurso único reproducido en cadena mundial. Los medios de producción alternativa, como de propiedad alternativa son, sin necesidad de tener un discurso único, los verdaderos representantes del valor de la comunicación: la diversidad. De voces, de pensamientos, de ideas, de culturas, de estilos, de estéticas, de sujetos sociales.La Argentina se prepara para discutir una nueva ley de servicios audiovisuales que reemplace a la ley de radiodifusión impuesta por la dictadura más sangrienta de su historia. Significará el saldo de una larguísima deuda que tiene la democracia cuyos antecedentes democráticos más cercanos se encuentran en el gobierno peronista de la mitad del siglo pasado: la ley de radiodifusión de 1953, el estatuto del periodista, de 1946, y el derecho popular a la comunicación y la información que formaban parte de la constitución revolucionaria de 1949, que debieron ser incorporados, junto con otros derechos, por la presión popular, en la constitución que impuso la dictadura de 1955, y sobrevivieron hasta la que rige hoy desde 1994.
Con una concentración inédita de la propiedad de los medios, convertidos, como calificara Nicolás Casullo, en el partido de la derecha de mi país, por primera vez se discutirá el fin de los monopolios y el derecho de las organizaciones sociales, comunitarias y el Estado, de ocupar equitativamente el espectro. Un desafío que es una ofrenda para una democracia de contenidos y una responsabilidad para los periodistas que reconozcan su rol social, su pertenencia de clase (trabajadora) y su categoría política: pueblo. Pero fundamentalmente un paso gigante en la disputa continental contra el pensamiento colonial.

martes, 7 de julio de 2009

Los medios y los miedos (el tratamiento mediático de la gripe A h1n1)

Por Ariel Magirena

El  tratamiento por los medios de la Gripe A expone aspectos profesionales y éticos que sobresalen. En primer lugar porque revela criterios globalizados al momento de darle estado periodístico. La irrupción de una enfermedad rara con un impacto minúsculo en la población podría haber inspirado apenas un capitulo de una serie sobre médicos como la muy popular Dr. House, sin embargo se convirtió en un fenómeno de la comunicación que se lleva las portadas y ofrece, al menos en nuestro país,  un suculento provecho político.  Por lo que vale una vida se justifican aquí las medidas sanitarias oficiales y el interés periodístico, sobre todo por la particularidad de su veloz expansión, pero exige también una responsabilidad social que está ausente. Una aproximación cronológica:  en los primeros días el show de los medios se montó sobre una medida oficial: la clausura de los vuelos entre nuestro país y México, origen del virus mutante. El aeropuerto de Ezeiza fue ocupado por móviles y cronistas que, de acuerdo con la línea editorial de sus empresas, cundieron la alarma y “anticiparon”  los casos cuando aun no existían. En un país sin infectados y con medidas preventivas radicales se alentó la psicosis mediante el poder de la imagen, cuyo objeto fetiche fue el barbijo, convertido pronto en un fenómeno comercial.  Cuando se confirmaron los primeros contagios la campaña, con folletería y spots, del  Ministerio de Salud ya funcionaba, pero los medios salieron a buscar sus propios especialistas y a difundir sus propias conclusiones haciendo un aporte a la confusión muy difícil de desactivar.  Mediáticos sin matricula médica, como el presidente de la novísima organización “Médicos sin bandera” (nombre intencionadamente parecido a la conocida Médicos sin frontera) se convirtieron con llamativa facilidad en referentes de consulta pese a la desautorización concreta del comité de crisis que se formó con los Ministerios de Salud y ONGs como Red Solidaria. La adjetivación condicionó a la información y la reemplazó. De nada valieron entonces las desmentidas de los servicios sanitarios, por cierto sobredemandados,  cuando la prensa decretó que estaban “colapsados”.   Al fenómeno del barbijo (desaconsejado para quienes no están infectados) se sumó el del alcohol en gel que eclipsó la recomendación fundamental del lavado con agua y jabón (por lo menos lo que abunda aquí no daña y el abuso sólo produce deshidratación en la piel). La ex Ministra de salud Graciela Ocaña pasó en muy pocos días de responsable a mártir por el sólo (aunque no menor) hecho de su renuncia.  Del mismo modo se califican sospechosas – y se analogan caprichosamente con las del INDEC- las cifras que se difunden de infectados  y muertos, y se responsabiliza al Gobierno Nacional, cuando surgen de datos de los municipios y las provincias.  Los canales de noticias dan la información general compartiendo pantalla con una placa catástrofe sobre la Gripe A o con la reiteración en videograf en la parte baja del cuadro. La lógica mercantil de los medios trata a la enfermedad como un producto   generando rating y negocios, pero también efectos políticos. Es evidente que no busca esclarecer ni paliar el azote. La agenda periodística está marcada y nadie puede escaparle. Los medios públicos están obligados a seguirla aunque persigan otra lógica y sean débiles en el cometido de torcerla, pero no parecen seducidos a marcar la suya. En medio de la confusión resalta la ausencia de una propuesta esclarecedora y responsable que se ofrezca como alternativa por necesidad y urgencia. En un proyecto estratégico de comunicación, como en el cercano caso de Brasil, la agenda pública -política, sanitaria, educativa o de seguridad- penetra los medios (no solo los estatales) y sus productos  (las telenovelas, los noticieros, los talk shows…).   Los personajes que aquí ”chivean” un café o una mayonesa, por esos lados forman conciencia incorporando el uso de preservativos, el valor de la lactancia o el repudio del racismo, por mencionar ejemplos. Sin llegar a ese ideal la Gripe A podría aparecer en programas especiales y en micros puntuales que protagonicen las grillas desplazando anuncios publicitarios u otros subalternos. Estamos a tiempo.