viernes, 4 de enero de 2008

La Boca del Ganso. (sobre el escándalo de las valijas de Antonini Wilson)




La lupa sobre aspectos publicados del escándalo de la valija revela el ”operativo basural” que denunció la Presidente de Argentina.

La boca del ganso
Por Ariel Magirena
En la Capital argentina una adivinanza retórica pregunta: Cómo se oculta un elefante en la calle Florida? La respuesta es: entre otros elefantes.
El caso de la valija con casi 800 mil dólares que el empresario estadounidense de origen venezolano Guido “Alex” o “el gordo” Antonini Wilson entró sin declarar a la Argentina es  una gran oferta de especulaciones que busca distraer puntos sustanciales para la resolución de los hechos. Para comprenderlos se hace obligatorio contextualizar. Por empezar, la especie sobre el presunto destino del dinero –la campaña electoral de Cristina K-  se publica a 48 horas de la asunción de la flamante presidenta y de su discurso inaugural en el que ratificó la voluntad argentina en relación con la unidad política regional. Fue también a las 72 horas de la suscripción del acuerdo de la creación  del Banco del Sur.  Sorprendentemente los mas lúcidos y prestigiosos periodistas y analistas de la coyuntura omiten cuestiones fosforescentes.
1- Porqué un agente de la justicia  (uno de los poderes del gobierno republicano de estados unidos) y otro del boureau de investigaciones federales (el FBI, dependiente del ejecutivo de EUA) revelan información de una investigación secreta en concurso de investigación judicial?
 2- Porqué se difunde esta especie que proviene de la boca de un declarante sospechoso, antes de ningún juicio y sin cotejo ninguno de la versión?
 3- Porqué se difunde esta versión si no está dentro del objeto de la investigación y por el contrario la desvía y distrae.
 4- Porqué la declaración oficial del Gobierno de los EUA, a través de su embajada en la Argentina  (que enmarca la versión en un hecho policial, desacreditando las especulaciones políticas) no tuvieron el mismo espacio en la prensa que la sospecha improbada?
 5-Del mismo modo. Porqué es mínima la mención de que fue precisamente el gobierno argentino -el mismo presunto beneficiario de los fondos- el que detectó, denunció y elevó a la justicia el ingreso de los billetes?
 6- Porqué la Justicia estadounidense se negó a la extradición para que Antonini Wilson fuese procesado en Argentina, y oportunamente comienza  una causa sobre presunto accionar de espías en suelo de Miami para la que lo recluta como agente encubierto?

7-Porqué esa causa deriva en un escándalo político que involucra al nuevo gobierno argentino mientras pone a los estados unidos en  el papel de vigía moral allí donde no tiene jurisdicción para juzgar.

8-Porqué a nadie llama la atención que el empresario norteamericano de origen venezolano ingresara a la Argentina con pasaporte de Venezuela pero saliera con el de Estados Unidos.

9- Porqué la prensa liberal asume que Antonini Wilson fue en esta ocasión y en ninguna otra, agente encubierto del gobierno estadounidense para grabar sendas entrevistas con otros empresarios también norteamericanos de origen venezolano (y amigos de su infancia) y de otro también norteamericano pero de origen uruguayo.

10- Porqué, si Antonini Wilson fue correo para el traslado de dinero para la campaña de cristina k,  un presunto agente venezolano tuvo que decírselo a posteriori, en Miami y tan oportunamente ante micrófonos?

 11-Porqué la prensa, como la oposición en argentina, elige hacer foco en la hipótesis de la financiación ilegal de la campaña de Cristina K y abandonar las de lavado de dinero o del posible destino de soborno para facilitar negocios en argentina, de igual gravedad y trascendencia.
 12- Porqué creer en la versión de los servicios de inteligencia del país con la mayor y mas escandalosa  tradición de elaborar campañas sobre mentiras para justificar su política exterior?
 Los hechos en buenos aires
Alex “el gordo” Antonini Wilson es un magnate nacido en un barrio bajo de Venezuela pero que reside desde hace décadas  en Estados Unidos, donde también vive su familia, incluida la influyente ex jueza de Georgia, Carolina Antonini. El “gordo” hace negocios con la petrolera estatal PDVSA a través de VENOCO, una empresa de lubricantes que también tiene sede en Estados Unidos. Un negocio legal en el marco del sistema capitalista. Esta relación de familiaridad y de confianza le permitió no ser un sospechoso al subir como invitado ocasional- por su pedido al hijo del vicepresidente de PDVSA- al charter que el 4 de agosto aterrizó en el aeroparque porteño procedente del Maiquetía de Caracas. Ningún funcionario, venezolano o argentino, de los que volaron con él, intentó impedir el control de su equipaje, y fue un control de rutina el que descubrió la valija con 790.550 dólares. Una especie documentada sugiere que el control se hizo a raíz de una información de inteligencia que advertía sobre la posibilidad del ingreso ilegal de divisas. Retenido el dinero Antonini quedó en libertad, que es lo que corresponde cuando la infracción a la ley de equipajes, que era la imputación en ese momento. En este marco, en modo urgente y en pocas horas abandona Buenos Aires con escala en Montevideo y destino Miami con su pasaporte estadounidense, merced a que su identidad venezolana era convocada por la justicia  argentina y hubiera impedido su salida.

Los hechos en Miami  

En tanto se sustancia la investigación, ya bajo el marco de un posible delito federal, en la Argentina la justicia reclamó su extradición que fue negada por Estados Unidos. Para consumar la negativa el agente especial del FBI Michael Lasiewicki, un anticomunista inmigrado de Polonia que desde 2004 revista en la fuerza y desde hace poco realiza en Miami investigaciones en torno de posibles infracciones al articulo 18 del código estadounidense (que prohíbe el trabajo de espías extranjeros en EUA que no se registren oficialmente -sic-), puso su mira en “el gordo” y lo utilizó como cebo para traicionar a su socio y compadre Frankie Durand (también conocido intermediario en el negocio de las armas), Carlos Kauffmann (socio de ambos en VENOCO  y el fondo buitre Foxdelta) el abogado Moisés Maionica y Antonio Canchica Gómez (acusado de pertenecer a la inteligencia venezolana y profugo por estas horas), además del ingeniero uruguayo Rodolfo Wanseele (todos ciudadanos del país del norte y tan extranjeros como el propio Lasiewicki).  De las entrevistas con ellos surge la grabación en la que Durand afirma que los 800 mil dólares eran para financiar la campaña de Cristina K. Una declaración que, de no tener otro sustento probatorio, es a todas luces rechazable en cualquier juicio de cualquier país de occidente (a excepción, claro está, de los Estados Unidos, cuando está relacionado con casos de terrorismo -que no es este-) por el simple argumento constitucional de la presunción de inocencia. A su decir, en las mismas grabaciones se escucha que si Antonini Wilson asume como propios los fondos será respaldado y recompensado por PDVSA, y de lo contrario correrán riesgos él y su familia. (Como si se tratara de un guión cinematográfico los actores cuentan al micrófono los hechos, y enteran al actor principal de lo que él mismo hizo).
En este mismo tramado sospechoso aparece el abogado argentino Guillermo Ledesma, contratado por el bufete Di Vénere-Maionica-Rossini-Jelambi-Balestrini & Ribeiro (que opera en Caracas y Miami) para asesorar a Antonini con el fin de evitar su extradición a Buenos Aires y solicitar el levantamiento de la orden de captura internacional que le impuso la justicia argentina.
 La operación basural

Objetivamente la posibilidad de manchar con sospechas al nuevo gobierno argentino implica, si no una forma mediática de intentar un golpe de estado,  lo que en la Argentina futbolera llamamos marcar la cancha. En los potreros significa trazar el límite dentro del cual se puede desarrollar el juego.  Una señal que sólo puede responder a los intereses del capitalismo central y su gerente, Estados Unidos - además de sus socios locales- sobre todo en el marco de la unidad regional que avanza y se consolida. La maniobra es oportuna también en relación con Venezuela buscando golpear al presidente Hugo Chávez a pocos días de que su propuesta de reforma constitucional fuese rechazada por ínfimo margen en el plebiscito.
La posibilidad de esta operación es tan creíble que tuvo como primera repercusión la solidaridad de los socios regionales de la argentina, destacando a Uruguay  con el que pesa el diferendo en relación con la papelera en el río de frontera. Dentro del país también sirvió para argumentos de la derecha neoliberal (de la que la Coalición Cívica se convirtió en principal exponente) y de la izquierda conservadora (incluido el Polo Obrero, uno de los grupos piqueteros mas mediáticos). En sus voces hechos anecdóticos se vuelven sospechosos. La prensa local reprodujo en tono de denuncia la declaración testimonial de una ex secretaria del ex director del órgano de control de concesiones viales Claudio Uberti sobre la presunta presencia de Antonini en la casa de gobierno horas antes de su huida. Aunque la desmentida oficial fue contundente en el sentido de presentar los registros de visita de personas en ese día donde no figura el nombre del sospechoso, vale la pena recordar el ingreso en actos públicos de otros no invitados, como la polémica esposa del mayor retirado Pedro Mercado devenida en vocera del fascismo local , Cecilia Pando. De lo que, a lo sumo, esto puede hablar es de la manifiesta audacia de este tipo de personajes.
 
 
la ruta del dinero
El 2008 abrirá con una extensión del pedido argentino de extradición para que Wshington envíe al magnate prófugo a Buenos Aires. Mas allá de la insistencia de la prensa intencionada y la oposición al gobierno argentino la fiscalia de Miami descarta por estas horas que el destino de la valija fuera le campaña de Cristina K, mientras la justicia argentina, en la fiscal María Luz Rivas, incluye, por fin, hipótesis mas sensatas aunque mas preocupantes, basadas en los antecedentes del “gordo”: la de la corrupción en sectores del Estado argentino, y la del destino del dinero para "el tráfico de armas o compra de tecnología militar ultrasofisticada, o de bonos argentinos". Esto último lo comparten los investigadores estadounidenses.

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