miércoles, 20 de septiembre de 2017

La comunicación como derecho, o como campo de batalla

 


El pensamiento liberal-progresista contamina y contagia una especie de "sentido común" impostado que no es más que la "buena práctica" del modelo dominante. Así escuchamos y leemos a colegas mios naturalizar que "el medio que te contrata tiene derecho a hacer cambios en la programación" con lo que se promueve que todo será reducido a un tema de guita.

El presidente Juan Peron promovió en 1946 el Estatuto del Periodista que consagra los derechos del trabajador de prensa y es la madre de los convenios por rama, actividad, medio y escalafón de quienes trabajamos con la información y la difusión pública. Inauguró entonces un paradigma que se profundizó en 1953 con la primera ley de medios democrática y luego con la nacionalización de los medios audiovisuales en 1974.
Ese nuevo paradigma dice que la libertad de prensa está por encima de los intereses empresarios y que TODO medio de comunicación es PÚBLICO, siendo el Estado su garante y quien otorga las licencias para su explotación o funcionamiento, SUPEDITADO A LA RESPONSABILIDAD EDITORIAL Y EL CUMPLIMIENTO del derecho a la comunicación consagrado en la Constitución.
El eje de la contradicción fundamental en materia de medios hoy es si la información es un DERECHO o un negocio (en dinero o ideológico). Necesitamos diversidad de voces en los medios y una ley de ética y de responsabilidad pública para las empresas de comunicación.
Todo lo demás es chamuyo.

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