La segunda guerra
mundial con sus decenas de millones de muertos y la destrucción total de
pueblos, países y economías, fue el contexto en el que el peronismo irrumpió en
la historia nacional y cambió irremediablemente el modelo de exclusión social
poniendo al Estado como eje del proyecto de desarrollo que consiguió que
un país exportador de materias primas con el 90% de la población
sumergida en pobreza se convirtiera, en menos de diez años, en una potencia de
nivel mundial.
Lo que era una desgracia fue una oportunidad.
Evito adrede enumerar de que manera se destruyó el proyecto Nacional
durante todos los gobiernos que sucedieron al golpe del 55 con la única
excepción del último gobierno de Perón (iniciado por Cámpora en el 73 y cerrado
por Isabel con el golpe del 76).
El presidente Alberto Fernandez encuentra en este momento un
escenario análogo al de Perón a nivel mundial, aunque muchísimo menos grave en
sus consecuencias materiales y número de muertes (pese a lo que sugiere el
bombardeo mediático internacional frente al Covid 19). La guerra
dejo 60 millones de muertos y países de tres continentes reducidos a escombros
en un mundo en el que vivía la tercera parte de la población actual. Hoy, con más
de 7500 millones de habitantes y todos los edificios e infraestructura pre pandemia
en pie, el ajuste para el reseteo del capitalismo se realiza más con mayor
comodidad para los que lo planearon.
La situación que vive el mundo resultó una sorpresa ingrata para el hombre
que se preparaba y anunciaba para el escenario que recibió en diciembre de
2019, mas parecido al que recibiera Alfonsin después de la última dictadura
oligárquica-imperialista ejecutada por militares sin sentido de Patria.
El veloz cambio de las condiciones de contexto definitivamente aniquila la
soñada eficacia de una salida alfonsinista (con sometimiento al capital
internacional, reconocimiento de la deuda ilegítima y rescate de bonos) que
fuera copiada con pocas modificaciones en cada crisis posterior, ya que el
mundo es imposible de prevenir con certeza.
La salida alfonsinista, explicitada en el acuerdo con los tenedores
privados dando impunidad a la deuda ilegitima, no sólo tiene destino de pobreza
a largo plazo sino que en el corto -el período de gracia para comenzar a
pagar- no avisora ninguna posibilidad de crecimiento ni de auxilio externo
como soñaban el ministro Guzman y su maestro ex Gerente Director del FMI Josef
Stiglitz. Menos en las expectativas del acuerdo con el Fondo que es
siempre el mismo y se basa en miseria, asistencialismo y claudicación soberana.
El desafío de un gobierno que sigue atendiendo la urgencia y posponiendo
gobierno, está en el rol del conductor frente esta catástrofe von la que no
contaba ya que la única solución posible pasa por la valentía de restaurar el
Proyecto Nacional que claramente parece no estar en los planes (suponiendo que
tuviese planes luego de confesar que no gusta de ellos)
Un Alberto Fernandez que pensaba ajustarse, para lucirlo, el traje del
decadente autor de la hiperinflación y el salario mas bajo de la historia se
enfrenta resistiéndose con tenacidad a la necesidad de probarse el de la
titánica y mas exitosa figura que dieran la política argentina y del tercer
mundo todo.
Mientras define si espera instrucciones de alguno de los bloques en pugna
por el planeta (el de la Open Society de Soros-Rothschild que maneja a Europa
y la OMS o los nacionalismos sui generis de Putin, Ji Ping o Bolsonaro) o se
atreve a la tercera via de proteger el trabajo, el alimento y la salud de los
argentinos en modo "vivir con lo nuestro", el descontento social está
apenas contenido por el confinamiento obligatorio.
"El poder es hacer lo correcto"(Peron)
No es la primera vez que nos encontramos en crisis y esta despertó
conciencia de que toda la capacidad de respuesta de este momento está en los
jirones que quedan del Estado. Pero también en políticas de Estado que fueron
no sólo exitosas para las crisis sino para el desarrollo y la justicia social.
Se hace urgente para seguir teniendo Patria, ejecutar un plan de salvación nacional con eje en la soberanía:
1)
Soberanía sobre el ahorro argentino (nacionalización de la banca y el crédito)
2) Soberanía alimentaria (prohibición del paquete
agrotóxico y fomento de la agricultura sostenible. Proteccion de la semilla y
la tierra. Nacionalizaciòn del comercio agrario estableciendo garantías para
una alimentación de calidad a toda la poblaciòn)
3) Soberanía del agua (prohibición con sanciones
ejemplares al cierre del acceso público al agua y expropiación patrimonial a
los contaminadores)
4) Soberanía energética (política hidroeléctrica,
termonuclear, petrogasÍfera, eólica y minera al servicio de la producción y el
desarrollo)
5) Soberanía monetaria (modificación radical de los
contratos auríferos, declaración de inalienabilidad de los recursos,
declaración de la moneda nacional como bien público e inconvertible para
eliminar el mercado negro de divisas. Auditoria internacional de los recursos
naturales y estratégicos para determinar el valor de la moneda de curso local y
su capacidad adquisitiva)
6) Soberanía previsional (declarar inalienable del
fondo de garantía de jubilaciones y pensiones. Recuperar el instituto de reaseguro
y modificar la ley de seguros orientándola a la necesidad social, patrimonial y
productiva)
7) Soberanía sanitaria (nacionalización de la salud
eliminando la intermediación privada a través de la creación de una agencia
Nacional a la que sevirà sin exclusiones toda prestadora privada de la salud).
8) Soberanía laboral (el Estado como garante del
empleo y el trabajo mediante una agencia única nacional que registre y
administre la situación laboral y social de todos los habitantes de la
Argentina garantizando plena ocupación a través de la centralizacion y cruce de
datos mediante tecnología aplicada)
9) Soberanía ambiental y habitacional (promoción y
creación de comunidades autosostenibles)
10) Soberanía digital (promoviendo o creando nodos
y redes garantizando conectividad y un paquete gratuito de datos digitales
mínimo para cada habitante)
11) Soberanía comunicacional (presupuesto para comunicación
e información pública y ley de responsabilidad pública de los medios de
comunicación a la que deberá atenerse cada señal que acceda a territorio
nacional por aire, satélite o redes)
12) Soberanía cultural (alentar la producción y el
consumo cultural. Nuestros artistas y pensadores nos representan mejor que
cualquiera del extranjero y se debe facilitar el acceso de toda la población al
producto artístico y cultural y al debate social)
13) Soberanía aduanera y de intercambio (nacionalización
inmediata del comercio exterior y la administración de puertos)
Ariel Magirena
sábado, 2 de mayo de 2020
Alberto Fernandez y la encrucijada del destino
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Excelente sintesis compañero. Llevo...
ResponderEliminarcon gusto!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarMuy claro. O salvación nacional o administración del coloniaje.
ResponderEliminarsin dudas!
Eliminarexcelente sintesis. Agregaría la declaración de DDHH de las fuentes energéticas y nacionalizaciones de las empresas de agua, luz, gas y progresivamente de todos los servicios pçublicos y comunicacionales. Discrepo parcialmente con lo de Isabel Perón que con Celestino Rodrigo inició el camino hacia el feroz liberalismo que coronará con Martínez de Hoz y el estado terrorista. Por lo demás es un programa impecable y adhiero fervientemente. Debe llegar al Gobierno de alguna manera. Felicitaciones cumpa querido
ResponderEliminarExcelente !!!!
ResponderEliminarGracias, Ariel!! Muy buen análisis y propuestas. Adhiero, sólo que no sé si existirá voluntad política de hacerlo. Cada día que pasa me dice que no.
ResponderEliminarBien Arielito... estaba escribiendo algo similar y me ahorraste un poco de desgate mental... graciasss negrito. Viva Perón ... CARAJOOO!!!
ResponderEliminarMuchas gracias por el aliento y por el tiempo y voluntad de leer!
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