sábado, 25 de septiembre de 2021

Asesinato de Rucci: un atentado contra la revolución

 



Dos misiones fundamentales encomendadas a Rucci cayeron con él atravesadas por 23 balazos.

Perón le encomendó la renovación sindical: que pidiera las renuncias de los secretarios generales de todos los sindicatos puesto que la Argentina ya no necesitaba un sindicalismo de resistencia sino uno acorde con los tiempos democráticos en los que el peronismo tiene como socio y columna vertebral al MOO.
La segunda misión fue hacer realidad el ATLAS. El inmediato contacto con el movimiento obrero mejicano (el segundo del continente) para establecer estrategias que llevaran justicialismo a las organizaciones sindicales de todo el continente al sur del Río Bravo con la idea de que fueran motor de la continentalización política de la clase trabajadora.
Rucci era una pieza fundamental de la revolución. "Alguien" se encargó de sacarlo del momento y la historia demostró que era irreemplazable.
El primer contacto de Perón con la clase trabajadora, el envenenado 1 de mayo de 1974, Perón hace su reivindicación del sindicalismo de la resistencia para poder insistir en su proyecto de su renovación.
Por supuesto que la versión de esa jornada será siempre envenenada por aquella interna. La misma que logró sacar de la historia el "modelo argentino para un proyecto nacional" que ese día presentó al Parlamento y que sería la base de discusión de la fallida constitución del '75.
Mucho mataron cuando mataron a Rucci. El impacto es tan grande que no podemos reducirlo a una interna que atrasa medio siglo y de la que lo único que perdura es el odio y el peso en la conciencia por el que sus autores siguen alentándola.

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