miércoles, 8 de marzo de 2023

Las mujeres invisibles




LAS MUJERES INVISIBLES

Hoy las mujeres pueden votar, ser propietarias, administrar su propio dinero, jubilarse, hacer tratamientos gratuitos de fertilidad, decidir ser madres, ganar lo mismo que un varón en su misma función laboral y beneficiarse de todos los derechos sociales y laborales, sin distinción ni discriminación, gracias al peronismo.
El peronismo que -como la Patria misma, que es madre- sabe, reconoce y celebra todo aquello que solamente las mujeres pueden hacer; que no se reduce a la gestación, aunque es provervial e indiscutible que TODOS (mujeres y varones) somos hijos de mujer.
*La mujer ES
Estos tiempos impíos son testigos de mecanismos inéditos que degradan a la mujer suponiendo que su condición no es ontológica sino declamativa. Ponen a las mujeres a competir con "varones que se declaran mujer" por cupos determinados entre las ruinas del capitalismo, que ya puso al género humano por debajo del mercado.
En la doctrina justicialista (según la cual "en la comunidad nadie sobra"),
"dónde hay una necesidad existe un derecho". Así lo sentenció Eva Peron. Y los derechos son para todos.
Evita fue la única mujer que, para terninar con la hegemonía de los varones en la política, fundó un partido exclusivamente de mujeres que logró mayoría en elecciones libres.
De su mano y con su liderazgo, las mujeres fueron protagonistas del momento de apogeo de la justicia social en nuestro pais y punto más alto del desarrollo alcanzado en toda nuestra historia. Por eso el golpe criminal contra Perón en 1955 fue también un golpe contra las mujeres, que nunca más lograron aquel protagonismo caracterizado por el amor y el coraje.
Por eso también, como reparación histórica, a través del peronismo y después de casi dos décadas de proscripción, el pueblo argentino se atrevió a ungir a la primera mandataria de una república de la historia y del mundo.
Del sometimiento de la mujer sobresale el mal más despiadado y perverso de nuestros días: la pobreza infantil. En nuestro país, riquísimo en recursos que el mundo apetece, 7 de cada 10 niños son pobres. Sin embargo no conocemos organización ni colectivo que se ocupe de este efecto de la degradación de la mujer, cuando son mujeres el 100% de las madres de esos niños. Son las mujeres que no merecen marchas, ni conferencias de prensa, ni igualdad de derechos, para el feminismo hegemónico al servicio del poder -que no tiene sexo-.
Son las mujeres invisibles.
Por eso denunciamos a viva voz el femicidio masivo perpetrado desde el mercado, que prioriza ganancias a costa de la abdicación del Estado, y que eclipsa a las mujeres con campañas publicitarias con narrativa de lo que nunca dará.
Recuperemos las prioridades: primero lo primero.
"NI UNA MUJER POBRE EN ARGENTINA"

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