En un discurso con fuerte
carencia de medidas, contrario a lo que había anunciado, la flamante ministra
de economía se presentó oficialmente en sociedad en una conferencia de prensa
en la que ratificó los acuerdos con el FMI -sellados por su antecesor Martin Guzman-
adelantando mayor ferocidad en el ajuste pese al crecimiento económico macro
del que las familias argentinas no reciben alivio para sus módicas demandas.
Sentencias sin contexto que no
participan del debate público ni responden a preguntas hechas en torno de la
crisis abrieron su narrativa de pretextos. Que “hoy el mundo está en
desequilibrio” podría haber dicho cualquier dirigente de cualquier lugar del
mundo en cualquier momento de la historia, del mismo modo que referir a una
“situación inédita de guerra” ya que no existe momento histórico sin guerras -especialmente
en las últimas décadas- y TODAS
afectaron la economía mundial de alguna manera. Sobre todo no significan nada estas
cosas si lo dice un gobierno que -como todos en democracia- fue elegido
precisamente PARA resolver las vicisitudes del momento.
Son justificaciones estériles:
como si una madre dijera “no contaba con que fuera bebé”, o “me sorprendió que
tuviese que entrar a la escuela” o “la adolescencia es una etapa muy difícil”
respecto de la crianza de sus hijos.
Que estamos “en un mundo muy
distinto al de la 2da guerra mundial” (acaecida hace mas de 8 décadas) no sirve
como diagnóstico y difícilmente para presentar un plan de salida de la crisis o
una exposición de metas que tampoco hizo esta vez.
En ese contexto su
caracterización de que “vivimos en un país globalizado” omite adrede el hecho
explicito de que el gobierno decidió participar de esa globalización sin
globalizar ingresos, capacidad adquisitiva del salario, valor de la moneda ni
metas inflacionarias. Sin voluntad para ser socio de la globalización desde una
perspectiva soberana decidió ser su víctima con ganancias para los sectores
locales de poder, que SI son socios y participan del negocio global a costa de
la pobreza que producen las políticas sociales y económicas del gobierno y su
escala de prioridades.
La sentencia feliz de que “la
matriz productiva argentina está intacta” es retórica sin un punto de
perspectiva: con qué momento lo compara? Con la estructura heredada de Macri?,
con la de Cristina Fernandez, la de Nestor Kirchner, la menemista, la
alfonsinista, la de Martinez de Hoz, la de Isabel?...al menos interpretamos por
sus dichos que no debe ser la de la segunda guerra mundial.
Cuando Batakis dice que quiere
exportar trabajo argentino no nos dice que está hablando de exportar la
explotación de una clase trabajadora con salarios varias veces insuficientes para
alcanzar la canasta básica de necesidades (y a la baja por inflación). Que el
trabajo argentino vale menos que los granos argentinos (que tienen procesos
altamente tecnologizados y necesitan menos mano humana).
Cuando dice que no quiere un
modelo especulativo lo hace devaluando la moneda cotidianamente por decisión
oficial desde que asumió este gobierno y aun desde antes, cuando el actual
Presidente calificaba de sensatas las devaluaciones durante el macrismo; cuando
las tasas de interés, con respecto del tipo de cambio cíclicamente intervenido
para la toma oportuna de la brecha por parte de los especuladores son negativas
en relación con la inflación e impiden el ahorro familiar (de aquellos que
todavía tienen capacidad para eso). Batakis dice esto en el mismo discurso en
el que considera en equilibrio el tipo de cambio que produce, delante de
nuestros ojos, alzas en los precios
domésticos imposibles para el bolsillo familiar. Y cuando el gobierno mantiene
el mecanismo más fabuloso de especulación financiera pagando tasas astronómicas
a los bancos a través de imponerles
Leliqs para aspirar los pesos que emite.
Las medidas?
-La eterna promesa de “no gastar
más de lo que tenemos”, con la salvedad saludable pero contradictoria -durante
la conferencia de prensa- de que el “Estado no está para ahorrar”, se explicó
en el compromiso del tipo “ahora sí” que hizo sobre la administración de
“cuenta única” y el control mensual de las cuotas de gastos que incluye el
congelamiento de la planta de trabajadores estatales (a los que claramente
considera gastos).
- La creación de un “comité
asesor” para la deuda (cuya conformación y propósitos aun son misteriosos) y la
creación de un tribunal de defensa de la competencia para prevenir el alza de
los precios (que calificó de injustificados “en la última semana”) son parte de
la novedad aunque no sean concretamente medidas antiinflacionarias. Tendrá este
Tribunal atribuciones para sancionar? Habrá una ley en la que pueda basarse
para eso?
-El nuevo esquema de “tasas positivas”, para alentar la
inversión privada en la cartera pública garantizando su rendimiento, habla de
nueva deuda y modos de seducción para la aceptación de ésta en el mercado.
- Con el cumplimiento del llamado
a licitación para el gasoducto Néstor Kirchner, la rebaja en la compra
extranjera de energía y la continuidad del plan de segmentación de tarifas ejecuta
los últimos anuncios de Martin Guzmán.
-El organismo de valuación
inmobiliaria pasará a la órbita del Ministerio de Economía con el fin de
actualizar con sentido de justicia tributaria las propiedades de todo el país
ponderando su ubicación geográfica (preparémonos para un aumento en la
valuación e impuestos la vivienda
familiar y la vivienda en el mercado de alquileres con su consiguiente impacto
en el valor y requisitos para alquilarlas).
Las interrogantes
Respondiendo a las preguntas de
un puñado sorteado de periodistas la ministra confesó la continuidad de un
derrotero signado por la improvisación frente al costo social de su plan
económico (el del FMI) al confesar que no se alcanzará la meta inflacionaria
del 52% anual pactada ya que “fue suscripta tras el mayor endeudamiento mundial”
(una falacia si es comparada en su relación con el PBI), “los efectos de la
pandemia” y la “inflación mundial” (otra falacia ya que las mismas condiciones
se dieron en todo el mundo, la afectación sanitaria local fue similar en casos
y muerte que la de los peores números del globo y, sin embargo, ninguna otra economía
tuvo el impacto paralelo de muertes, empobrecimiento e inflación similar al de
la Argentina que, además, tiene mayor riqueza en recursos que la mayoría).
Por otra parte desmintió a la
vicepresidenta cuando relativizó el efecto cambiario en los precios. Batakis
minimizó al mercado paralelo sin mencionar que los instrumentos oficiales de
compra tienen a la divisa estadounidense por encima del valor “blue”.
La ministra admitió el incumplimiento
de las metas de refuerzo de reservas soberanas adjudicándolo a un fenómeno
eventual de amesetamiento que será superado en septiembre, el que en realidad
se manifiesta en la venta de reservas para el control de ese mercado que rminimizó
al considerarlo del 3 por mil del mercado total de divisas.
Respecto de los rumores de
default de la deuda pública en pesos garantizó su pago y consideró maliciosos
los rumores “contra un gobierno electo por el voto popular”, aun cuando
reconoció que el gobierno de Macri -también elegido así- “defaulteó” esa deuda.
Al respecto alegó disidencia con la calificación oficial del FMI que consideró que
la Argentina necesita “acciones dolorosas para beneficiarse” de ellas. En este
punto Batakis defendió el rol del Estado
con el déficit como instrumento para asistir urgencias como la falta de grifos
en ciertos lugares o el pago de los sueldos privados durante el Aislamiento
Social Preventivo Obligatorio.
Por último destacó la necesidad
de un Estado solvente con el “prestigio” que le da el equilibrio fiscal.
Para dejar en claro que no hay
cambios en el rumbo económico, que nos trajo a esta situación crítica, el Ministerio
de Economía tiene hoy una declarante capaz que responde hábilmente a todos…pero
de ninguna manera todo.
@arielmagirena
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