martes, 14 de septiembre de 2021

AMANECER DESPUÉS DE LAS PASO

 


Me abstengo de hacer con el diario del 13 un análisis sobre los resultados de las PASO del domingo 12 ya que en Junio lo había adelantado en mi artículo “Soberano, el dueño de los votos” reproducido por el periódico “De Frente” y las revistas “Movimiento”, “Insomnio” y “Revista Mugica”. (Soberano: el dueño de los votos. El peronismo frente a las próximas elecciones – Revista Movimiento)
En ese artículo advertí la posibilidad de que Cambiemos retuviera gran parte de los votos obtenidos en su derrota de 2019, cosa que difícilmente conseguiría en esta ocasión el oficialismo que ya había perdido 2 de cada 3 votos de su ventaja en las PASO en sólo dos meses hasta las presidenciales, y que llegaba a 2021 negando internas y proscribiendo listas en el partido mayoritario de la Argentina.
Sin embargo no puedo eludir referirme al escenario nuevo de la política nacional en el que se manifiesta casi un 40% de abstención y voto en blanco además de un magro voto “rebelde” que cosecharon el troskismo y Milei (ni siquiera los neoliberales como entidad ni como expresión institucional).
40 puntos de repudio al modelo tramposo y prebendario de la política que se queda (de todos modos) con toda la torta gracias al sistema D ont y la reforma constitucional de 1994, representan la tan anunciada y siempre esquiva “nueva mayoría” que hoy nadie conduce.
La elite suele pensar la política desde el marketing y con un determinismo de posverdad. Pretende que las mayorías son susceptibles de ser creadas, cuando la doctrina justicialista demostró que las mayorías populares existen y deben ser representadas.
Las mayorías tienen la sabiduría de reconocerse, por eso cuando se expresan sorprenden a quienes no las comprenden.
“Para conducir al pueblo hace falta pertenecer al pueblo”, anunció Perón en enseñanzas que quieren olvidar los que quieren aprovecharse del pueblo y no darle provecho al pueblo.
La oportunidad actual parece soñada. La secta que mediante negocios se apropió de la última gran fuerza política popular (el peronismo) alcanzó su techo y está obligada a honrar sus pactos inconfesables si no quiere perderlo todo. Escucha la cuenta regresiva mientras tiene cada vez menos para repartir y comienza a desangrarse en la disputa por las últimas migajas que todavía administra del modelo colonial.
El futuro inminente ofrece una oportunidad para el liberalprogresismo que lleva años fracasando en el intento de institucionalizar una alternativa socialdemócrata y se encuentra cada vez más incómodo adentro de frentes donde no alcanza con nombrar a los trabajadores (como hace la izquierda) sino que debe dialogar con las organizaciones sindicales cuyo nivel de burocratización ya no distingue entre progres y gordos.
En la eventual ruptura del frente de todos el ala liberalcorporativa se expresaría con el liderazgo de Sergio Massa devolviendo a Alberto Fernandez el rol de operador menor de la política que serviría para sumar a Randazzo y Pichetto.
Como tercera fractura del espacio que hoy gobierna emergería naturalmente el peronismo del interior con su experiencia demostrada en sobrevivir tormentas y azotes como en resucitar frente a ellos. Los principales referentes históricos del peronismo (sin nombres: gobernadores y sindicalistas) estarían listos y en condiciones optimas de representar a los desilusionados de la política nacional que suman el 40% mencionado con vistas a la urgencia electoral que señala 2023. El Movimiento obrero tiene siempre protegidos y a mano los programas políticos y económicos que, también siempre, están en condiciones de volver a ser discutidos para nuevo consenso. En tanto los sobrevivientes de la patria productiva arrasada por 6 años de modelo macrista aportarían la experiencia para resucitar un plan patriótico sostenido en el dialogo virtuoso que el líder de la internacional justicialista, el Papa Francisco, daría bendición con beneplácito y defensa activa como la voz más potente contra el capitalismo salvaje y la agenda 2030.
Mientras tanto un peronismo de base social negado por la casta pero parte de una realidad concreta, ávido de participación democrática y harto de la censura y la burocratización del partido se dará permiso para mostrarse, organizarse y crecer sin importarle ni obedecer a los mariscales de la derrota.
Así como el peronismo fue anunciado por los jóvenes de forja en las postrimerías de la década infame cuando hablaba de una Argentina nueva a punto de nacer, este panorama electoral es el anuncio luminoso de una salida posible. Nuestro gran poeta, Leopoldo Marechal supo sintetizarlo en épocas de resistencia en los que también el establishment había apresurado la sentencia de muerte del movimiento peronista: “el pueblo siempre recoge las botellas arrojadas al mar con señales de naufragio”
@arielmagirena













jueves, 26 de agosto de 2021

Hechos de universo. (ponencia Congreso de Filosofia La Rioja 27 Ago 2021)

 





Ariel Magirena ponencia Chepes

 

Afuera:

Si soy agua y proteína.

Mineral, bacteria, sueño.

Todo bicho que camina.

El universo y su dueño.

Si soy lo que hago conmigo,

Lo que intento y no he logrado,

Soy el viento y soy abrigo.

Soy mi frente y mi costado.

Soy lo efímero y la historia

Soy el plan que no interesa

Soy la calma y soy la euforia

Soy cazador y soy presa.

Soy restos de lo que ha sido:

las huellas de cada era.

Soy un dios niño dormido.

Me pregunto…qué es afuera?

 

Afuera es inabarcable. La dimensión infinita del todo. Estamos hechos de universo. Carne de carne de madre que se hizo consciente (bastante tiempo después afuera del vientre) en cultura y en verbo.

La cultura ha construido otro universo, de igual dimensión del que nos rodea, adentro de cada uno de nosotros. Ha repartido cosmogonías por infinidad de comunidades en todo el planeta y toda la historia.

Según un traductor dijo que escribió Abraham en el Génesis, Adán reconoció las cosas y les puso nombre. Antes, el verbo había sido dios.

Yo, que en realidad no sé si dios es origen o destino, me reconozco cristiano en la cultura que habito y, con esa especie de envidia que debe sentir el pez por el pájaro que vuela, me siento un discapacitado módico, un fallado, una especie de daltónico incapaz de ver algunos colores del universo espiritual que ilumina a los creyentes. No me afecta, es solamente una condición, como si hubiese salido rubio (para susto de mi padre).

Los seres humanos percibimos apenas una gama cromática limitada entre el rojo y el violeta. Olemos un millón de veces menos que un perro y vemos una proporción lastimosa y pobre de lo que ve un gato en la noche…pero las mascotas son ellos, creo.

Hay algo en lo que somos todos iguales para el universo y es en que todos somos distintos. No existe una sola molécula idéntica a otra en la dimensión física que compartimos.

Sin diversidad nada existiría, no podríamos ser. Eso es lo natural.

Son los discriminadores los que fuerzan categorías… de las que el universo se ríe.

Son las personas, no las palabras las que discriminan. Negro es el modo cariñoso de llamarme en mi familia y gorda el apelativo de amor que usábamos para mi sobrina cuando todavía llevaba pañales. Siento verdadera piedad por los policías del lenguaje que todo lo consideran agresivo.

El negro Fontanarrosa sigue resonando en nuestros oídos preguntando en el congreso de la lengua si las malas palabras son malas porque les pegan a las otras.

Los que fomentan la fragmentación de la comunidad insisten en cavar trincheras donde necesitamos construir puentes.

Todos conocemos a malos de los malosmalos, criminales y perversos. Incluso aquellos capaces de contaminar un rio o de sostener una economía que cuesta las proteínas de los niños y los condena a un futuro de desempleo o al trabajo menos calificado… por los que se autoperciben con autoridad para calificar.

Somos testigos de un tiempo maldito. La cultura está bajo ataque. Los saberes que nos acompañan, que nutrieron a nuestros ancestros, son desacreditados con argumentos de marketing como si pudiesen cambiar como la moda.

Que sabe ese viejo? Pero el mundo es otro! Nos gritan nuestros pares, cuando no nuestros jóvenes, como si nuestros mundos espirituales y nuestros afectos, que son lo que nos dan paz y llevan a la felicidad, hubiesen cambiado con los siglos.

Como si el enamorarse fuese distinto que en la edad media, como si no fuese el rayo que te deja parado en medio del patio que describió Cortazar. (Para un amor marechaleano hace falta más que un corazón).

Navegamos en el equilibrio posible entre la supervivencia y la felicidad, los dos imperativos de nuestra condición biológica y nuestra condición filosófica, bajo el embate de un modelo de diseño instalado con mayor poder que nunca a través de los medios y de las aplicaciones que nos apuran con urgencias superficiales hasta la ansiedad y de la frustración… Sugiriéndonos, además, que es inexorable.

Para nuestras incomodidades abundan las recetas en plataformas y en las redes de marketing que se mienten redes sociales. Como si nuestras angustias fueran nuevas o tuvieran soluciones mágicas.

Nada de lo humano me es ajeno, dijo miguel de Unamuno trayéndolo de las citas que Caio Julio Cesar recopilaba para el propio Cesar.

Los artistas lo dicen mejor.

 

La cultura está bajo ataque! Todo lo que se nos ofrece como solución de nuestros problemas nos está convirtiendo en islas y nos victimiza para merecer favores de los que niegan los derechos. Ser víctima es mucho más fácil que ser héroe… y contradice toda la literatura y poesía épica que antes nos estimulaba.

La cultura y los saberes, (el conocimiento que ya nos pertenece y constituye) están bajo ataque por parte de un enemigo sintético con el que nunca antes nos vimos. La misma Legión, la Salamanca!  que ya nos anunciaron nuestros mitos y nuestros poetas, que son nuestro oráculo.

Uno es cuando está, decía kusch, y estar rodeado de la belleza y la virtud de la tierra es estar en el regazo de la Pacha.

Qué gran intelectual consigue conmover y brotar del pecho del que escucha la exclamación “esto, es lo que yo pienso” o lo que yo siento.? Como me contaba el Carlitos Ferreyra que recibe de su público cuando interpreta un cuadro poético

La inteligencia, cúspide de nuestra evolución, que nos diferenció del resto de las especies, se encuentra por primera vez contendiendo con una inteligencia superior. Algoritmos que alimentamos voluntariamente en cada participación digital. Les contamos nuestros gustos, nuestros sueños, lo que hacemos en intimidad, cuándo estamos despiertos, a dónde y cuando viajamos, si nos enamoramos y de quién (o quienes)…

Esta inteligencia artificial nos distrae a toda hora, nos reclama la atención desde más puntos de los que podemos abordar. Nos provoca, nos distrae, nos enoja. Nos separa…Puede (eso es el poder).

Nuestros hijos están aprendiendo, o incorporando, más de la inteligencia artificial que de sus pares, sus padres, su familia, sus afectos o sus amigos.

El algoritmo tiene recursos para aprender más rápido que el humano más superdotado y tomar decisiones más rápido y con mayor eficacia…pero no siente. No nos quiere! Es dueño de las certezas mientras siembra la confusión y la duda entre los seres conscientes.

Sería una herramienta magnífica para administrar el Estado que resolvería los misterios de la fuga de divisas o la evasión fiscal, detectaría la situación social y económica de los más vulnerables… pero es usada para nuestro ingreso compulsivo al mercado. Cuando un negocio es gratis, la mercancía sos vos.

Por supuesto que todos los modelos sociales y económicos dominantes fracasaron en el transcurso de la historia y muchas veces coronando en masacre o genocidio.

Como si efectivamente la historia hubiese terminado en el final anunciado por Fukuyama nos pretenden convencer de que hemos alcanzado el punto más alto de nuestra civilización.

El paradigma tecnológico se ofrece como techo irrompible e infinito, pero nunca hubo más pobres que hoy ni tanta riqueza en tan pocas manos.

No estamos logrando la supervivencia ni nos acercamos a la felicidad.

Será porque no queremos aprender. Será porque no queremos recordar. Será que sabemos que la vida es corta y preferirnos rendirnos a trabajar para reconstruirnos. Será que nos estamos dejando sustituir los saberes ancestrales que construimos por cientos de miles de años por los pretendidos y superpublicitados saberes de los tecnócratas al servicio de los dueños y jueces de todo.

Será que ahora la sabiduría es eso que los supuestos sabios se reconocen entre si acotados a los libros de moda… que instalan y reproducen la casta que Jauretche llamó INTELIGENTZIA.

Por supuesto que la duda es una fiesta para los filósofos y “garpa” en los congresos de filosofía, pero una comunidad sin certezas es fatalmente inviable.

No hay nada más eficaz en momentos de incertidumbre que aferrarnos a las certezas.

Otra vez: Los artistas lo dicen mejor. “nadie puede ser feliz solo” nos contaba Leonardo Favio.

Esta cultura criolla, nuestra, joven y expansiva, resultado del mestizaje virtuoso que nos dio la diversidad que aportaron cientos de pueblos originarios con otros que llegaron no importa con qué fines ni desde dónde, pero que amaron, se integraron y procrearon creando esto que somos (que definitivamente no es ni la víctima ni el invasor)…que forjó su sueño de Nación y de volverse Estado e independiente en la revolución de mayo y que se reconoció pueblo y protagonista de una gesta inédita en octubre, creó desde su filosofía de crisol la doctrina justicialista contra las dos caras del modelo capitalista: un capitalismo de mercado al servicio de las corporaciones y un capitalismo de estado al servicio de una burocracia, que redundaban en el sometimiento por explotación o insectificación del sujeto popular y la clase trabajadora.

Los pueblos que no tienen memoria repiten sus errores.

Sólo prevalecen los que se aferran, defienden y fortalecen su cultura… y su lengua, que es el código mediante el cual pensamos: nuestra programación.   

La doctrina peronista es la más joven y exitosa de entre las que jamás se enfrentaron. Irrumpió en un mundo destruido por la segunda guerra mundial que había aniquilado la economía global y reducido a escombros países de 3 continentes. Cuando 60 millones de personas murieron en un planeta en los que vivía un tercio de los 7500 millones que vivimos hoy. Donde las víctimas del flagelo no podían quedarse en casa porque sus casas ya no existían.

En ese contexto la Argentina de Peron, que durante la década infame tenía al 90 % de la población en pobreza y se consideraba el granero del mundo para hacer cada vez más ricas a mil familias terratenientes, pasó de exportador de porotos a potencia (una de las 10 mas poderosas) con la sociedad más justa conocida. A generar tecnología pesada y de punta siendo el 4to país del mundo a desarrollar un avión a reacción y construir, de cero y con trabajo local, la 4ta flota mercante del mundo. Y llegar sin deudas a la mitad del siglo 20 convirtiéndose en acreedora después de pagar empréstitos que nos habían atado durante siglo y medio.

En el mundo que dominaban dos potencias emergió, resultado de la historia que protagonizaron los padres de la Patria Grande, La Nueva Argentina, anunciada por Forja: presenta su tercera posición, que no era el estado intermedio entre el capitalismo de mercado y el capitalismo de estado (lo máximo alcanzado alguna vez por la teoría marxista) sino que era la que por primera vez subordinaba el capital a la economía, la economía a la política y la política al bien común.

El peronismo se convirtió en la manifestación política del moderno humanismo, liberador e igualitario, creador de la cultura de derechos.

3 banderas, 20 verdades y propósitos simples que comenzaban en la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nacion.

Un modelo exitoso y un proyecto explícito, dinámico e inacabado de desarrollo poniendo al trabajo, y no al capital, como motor… al servicio del imperativo del vivir bien, tan caro al sentimiento y comprensión de Peron, hijo de la tehuelche Juana Sosa e hijo bastardo por dos años, hasta que el amor indoblegable del heredero de estancia Tomás Perón conmovió el corazón de su madre terrateniente, Dominga Dutey Bourguiñan, matriarca de la familia.

La filosofía del justicialismo se puso a prueba y dio a conocer en el mundo, en un congreso como este, de nivel internacional que tuvo varias sedes durante 1949 y coronó en Mendoza. Allí los pensadores más destacados de la época debatieron el mundo de posguerra y su futuro y escucharon de Peron una clase magistral que se recopiló en el volumen llamado La Comunidad Organizada.

Los artistas lo dicen mejor:  Leonardo Favio. “ donde no veas sonrisas, no paso el peronismo”

Para el justicialismo, según su jefa espiritual Evita, donde hay una necesidad nace un derecho.

Para el Justicialismo el poder está en la Comunidad organizada que componen sustancialmente el Estado y las Organizaciones Libres del Pueblo en igualdad.

El estado justicialista alienta y motoriza los saberes del pueblo representando los intereses de las mayorías populares, diversas y plebeyas, que componen la Patria en oposición al proyecto colonial.

El justicialismo como doctrina y el peronismo como movimiento nacional y popular, son la alternativa odiosa y el mal ejemplo de que la voluntad inquebrantable de un Pueblo castigado por su osadía, con bombardeos, fusilamientos, prisión, proscripción, tortura y finalmente un genocidio para dinamitar los puentes generacionales. Es el legado de la cultura criolla y la identidad Nuestramericana que nominó Martí a los pueblos del mundo para un futuro de paz, 

felicidad y amor.

Es la pertinacia y vigencia del proyecto que consiguió sus hitos mas altos en base a paradigmas que nunca fallaron, en oposición a las recetas que se repiten con argumentos mas o menos progresistas, que siempre fracasaron. Es la solución urgente para los problemas urgentes, el peronismo no te deja esperando, te ataja en la caída con sus dos brazos: la justicia social y la ayuda social. Es la mano tendida a tiempo, que otra mano, la del artista que lo dibujó, sintetizo en el diseño del escudo justicialista. Diseño tan elocuente como el que ilustra este congreso, con implicancias y referencias simbólicas indubitables, honestas y sentidas.  

Con justicialismo el trabajo alcanzó blasón de dignidad. Con mujeres peronistas como protagonistas, Argentina consiguió el voto universal 20 años antes que Estados Unidos, donde no votaban los negros.

Con justicialismo las mujeres votaron y tuvieron más de la mitad de los escaños alcanzados por el partido peronista a través de las listas del partido peronista femenino, primera expresión partidaria exclusivamente integrada por mujeres de clase trabajadora con la repulsa de las sufragistas que rehusaron apoyar una ley por la que lucharon por décadas porque no la querían de la chusma.

Las contradicciones de nuestra Argentina se saldaron con acuerdos. Nuestra Patria chica, bendecida y venturosa, parte de la Patria grande de nuestros padres y ancestros. Un país prácticamente despoblado, con recursos que sobran para la vida buena para todos en amistad, en equilibrio y respeto por la naturaleza, tiene hoy a 2 de cada 3 niños (que alguna vez fueron los únicos privilegiados), sus madres y los viejos en pobreza y mala alimentación.

El pueblo argentino conoce que está en cuentas de argentinos en el extranjero el equivalente de la totalidad de su de la deuda fraudulenta, que nuestros representantes temen investigar (o deciden no hacerlo) para impunidad de los saqueadores y sus cómplices.

Qué clase de padre decide pagar deudas, que además son fraude, con el hambre de sus hijos?

La clase política, llena de ejemplos de generosidad, está siendo juzgada por el pueblo a causa de los que abusan y se privilegian mediante la política, que son tantos que parecen más.

 

Se bien, porque soy periodista, que no existe el discurso perfecto capaz de ser aceptado o comprendido por todos en cualquier lugar y momento. No ha sido esta mi pretensión y soy consciente de mucho que falta, que espero en sus intervenciones para un diálogo de ideas más que para preguntas. El peronismo no llama a participar porque participar significa ser parte y los que somos parte no necesitamos invitación, ni que alguien nos los reconozca o conceda.

Lo básico más concreto del peronismo es este transito filosófico y simple del ego al nos. Del yo al nosotros. De ser en plural.

Digo que los artistas lo dicen mejor pero tal vez no sea el caso de este que también soy.

Con su permiso, antes de que el micrófono vaya a ustedes con mi voluntad de dialogar más que para responder, voy a cerrar con un poema:

la letra de una chacarera que compuse con la pasión y el dolor de mi corazón argentino y peronista… que llamé

 

La Fragua.

 

Todos los ríos comienzan en el cielo

La misma agua que derraman vuelve a empezar

Los saberes se mueren con los maestros

Cuando su lengua ya nadie sabe hablar

Será porque a la suerte llaman fortuna

Que hacen fortuna para nunca perder.

Que los pobres no tienen suerte ninguna

Cuando ser pobre es lo que ha tocado ser

El musculo que se aferra del andamio

Vale nada en el momento de caer

La oveja que se escapa del rebaño

Sólo cambia de quién se la va a comer

El grito de los pobres nunca se escucha

Es que ser pobre es no poder esperar

Maldito el que propone dejar pasar el tiempo

Sobre el cadáver del que no pudo mas

 

Las respuestas a todo ya están escritas

Y dichas solo hay que saber escuchar

La sangre que rego esta tierra bendita

Pide que no se entregue la libertad

La mitad de tus hijos llora por hambre

Los dones de la tierra cruzan el mar

De quién es nuestra historia si es que no es nuestra?

Somos el indio y a los que vio llegar.

Es tan corta la vida que sólo vale

Cuando mide en gotas de felicidad

Tan fácil y tan simple que si no sale

Es que erramos y nos dejamos mandar

Siempre es aquí pero también siempre es ahora

Es el lugar, también la oportunidad

Maldito el que propone dejar pasar el tiempo

Sobre el cadáver del que no pudo mas

 (1004) Ariel Magirena Congreso Filosofía La Rioja - YouTube

 



 

miércoles, 16 de junio de 2021

TRASVASAMIENTO (el peronismo y las nuevas generaciones)

 



Hay una nueva generación que ingresó a la militancia política sin conocer otro modelo que el que se impuso a sangre con el golpe de 1976. Un modelo demoburgués que reemplazó a la política por marketing y que prefiere gestiones a gobiernos.

Invitados a cuestionar la «vieja política» sin formarlos ni informarlos muchos terminan cuestionando la «vieja» militancia pero reproduciendo el paradigma dominante del que sólo cambian el signo.

Sin moral revolucionaria ni confianza en el Pueblo, apenas cuestionan las trampas de los grupos dominantes, cometiendo las mismas trampas bajo el paraguas protector de Maquiavelo de que «el fin justifica los medios”. Son incapaces de advertir que Maquiavelo aconsejaba a un príncipe y no a un movimiento popular  y que castigar al caníbal comiéndoselo es convertirse en caníbal.

El peronismo no vino para ser una alternativa de gestión para el modelo hegemónico sino para someterlo a los intereses populares y nacionales.

El trasvasamiento generacional al que se refería Perón fue malentendido pese a sus aclaraciones en ese presente. Algunos iluminados creyeron que les llegaría como regalo o como renuncia de la conducción en su favor que merecerían por el simple hecho de ser jóvenes; sin embargo se trataba de una invitación en el marco de una estrategia de suma, como quedó demostrado en el último gobierno de Perón, cuya composición juvenil era la más numerosa e inclusiva del mundo capaz de tener trabajadores en lo más alto de la función pública y la diplomacia y dejar en el gobierno a la primera mujer en el mundo Presidente de una República cuando tenía 43 años de edad.  

Es que cuando los peronistas decimos en la voz de Evita que “donde hay una necesidad hay un derecho” o en la elocuente y doctrinaria marcha que “todos unidos triunfaremos” no necesitamos de ningún otro énfasis.

Parte del extravío de la militancia snob de nuestros días estriba en contradecir tales certezas en el acatamiento irrestricto de la agenda de fragmentación del liberal progresismo que pone a todos a combatirse entre sí por la prioridad del reconocimiento de sus particularidades, autopercibiéndose víctimas por condiciones absolutamente individuales. De ese modo la mujer que discrimina, explota o maltrata comparte el universo femenino como si fuese socia y par de las que son sometidas. Situación que se repite con cualquier otro ejemplo de sectores, franjas o minorías y que representa lo contrario, explícito de una jerarquía donde todos los derechos deben ser reconocidos  de acuerdo con prioridades que parten desde los que menos pueden.

“Unidos somos invencibles, separados indefendibles”, nos alertó Perón. Por algo el imperialismo ha instalado la ideología de la fragmentación en todo el planeta.

En los contextos de incertidumbre lo único eficaz es aferrarse a las certezas y la doctrina justicialista sigue siendo la mayor de nuestras certezas, comprobada y jamás refutada.

Los trasvasamientos en todas las organizaciones sociales de la historia de la humanidad se producen en la dinámica de la incorporación de las nuevas generaciones que se interesan, se forman y adquieren experiencia fáctica. Así lo explicita nuestro escudo justicialista con una mano tendida a otra para el ascenso. La simple condición de pertenecer a una categoría determinada no califica autoridad para conducir o representar al colectivo.

El propio Perón advirtió temprano que «el peronismo tiene enemigos de afuera y enemigos de adentro» cuando definió que compañero es “quien lucha contra el enemigo y por la causa del Pueblo”. También señaló las banderas y verdades excluyentes y blindadas que permiten distinguir a los compañeros frente a quienes no lo son. Ganar elecciones no alcanza para garantizar  nuestra revolución sino que representa apenas el acceso a los niveles de administración o de representación en el Estado. Nuestro propósito estratégico   trata de movilizar y organizar al Pueblo.

Nos señaló Evita que llegaremos a la victoria «con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes»: una invitación a la lucha y la militancia que deja claro que el verticalismo no es de arriba hacia abajo sino recíproco, con énfasis en las bases que es de donde emergen las conducciones.

Somos sobrevivientes del genocidio y la traición. Estamos recuperándonos de la siega, de la represión y de la mentira rumiando una nueva frustración de un gobierno de falsa bandera pero no estamos derrotados. Somos Pueblo. Y nos dijo Leopoldo Marechal que “el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio”.

Vamos, compañeros. Tenemos cosas que hacer.

@arielmagirena

Trasvasamiento - Revista Mugica

lunes, 31 de mayo de 2021

Soberano: el dueño de los votos (Desafíos del peronismo frente a las próximas elecciones)




Desafíos del peronismo frente a las próximas elecciones

Aunque el Partido Justicialista no lo advierta el Movimiento Peronista está en ebullición. Por primera vez un gobierno ungido por el voto peronista consigue, en menos de dos años de ejercicio, empeorar la situación socioeconómica que heredó, agregando a eso la incertidumbre que produce la ausencia explícita de un programa para salir de la crisis.

Mientras redunda y repite los errores de su predecesor, la elocuencia del panorama degrada la eficacia de los argumentos del tipo “pasaron cosas” aunque el principal de esos argumentos refiera al azote de una enfermedad mortal presente en todo el planeta. El resultado que cunde en la población es que la mencionada incertidumbre política local suma la producida por el Covid-19 a nivel global.

El Pueblo peronista (más que el electorado peronista) tiene como registro histórico la eficacia de la Doctrina Justicialista para enfrentar las crisis más graves -tengan motivos locales o internacionales- del mismo modo que conoce las prioridades explícitas en el transcurso de sus resoluciones.

No olvida que la Revolución Peronista emergió en un contexto de guerra mundial donde los muertos no fueron dos millones en un mundo de 7.500 millones sino 60 millones en un mundo de 2.000 millones. Un contexto en el que las poblaciones de 3 continentes no podían “quedarse en casa” porque sus casas -como sus países- estaban convertidas en escombros. Contexto en el que esos países eran -también y empeorando nuestra situación- precisamente nuestros mercados; a los cuales la Argentina de Perón debió asistir con ayuda alimentaria y crédito sabiendo que los muertos no compran  (antecedente del fundamento que -al siglo siguiente y en condiciones inversas- pronunciaría Néstor Kirchner a los acreedores del fraude de deuda soberana: “los muertos no pagan”). Y que el al mismo tiempo que lidió con ese mundo resolvió la injusticia que había modelizado la década infame transformando a un país exportador de porotos en una de las 10 potencias más importantes del mundo, capaz de desarrollar industria pesada, energía nuclear para la paz, el avión de máxima tecnología conocida y la cuarta flota mercante del planeta además de la sociedad más justa y equitativa conocida. (Esto en sólo una década).

Sabemos lo que ocurrió desde el golpe del ‘55 gracias a la colisión violenta e inconciliable entre el proyecto colonial y el patriótico que culminó en el genocidio que precedió al retorno institucional de 1983 -sería ocioso detenernos en eso- pero hoy la moneda nacional y su poder de compra ocupan el peor registro del continente sólo superado por Venezuela. Por primera vez el peso vale menos que la moneda de Haití, el país más pobre de este lado del mundo, carente de recursos propios y azotado por catástrofes climáticas y geológicas incomparables con las que alguna vez golpearan nuestro país. Sin embargo, el dato más dramático para un gobierno de un frente cuyo caudal electoral es mayoritariamente peronista es que 2 de cada 3 niños viven en pobreza en un país prácticamente despoblado y con recursos de sobra para la vida digna de sus habitantes.

Las razones que aparecen en el debate actual atribuyen esta situación crítica -más que a tibieza y a mala praxis- a la ausencia grave de los tópicos principales del peronismo en el poder: 1) un Estado fuerte y con autoridad como árbitro de las relaciones sociales y económicas (con la justicia social como fin), y 2) el trabajo como articulador y generador de riqueza y desarrollo.

Las contradicciones en el ejercicio de gobierno de Fernández -incluidos sus idas y retrocesos- son atribuidas por sus funcionarios y adeptos a la “diversidad de la composición” del frente electoral, lo que es exactamente lo contrario del argumento de campaña que decía que se trataba de “la unidad” del peronismo. Así, el Movimiento Peronista (convidado de piedra de quienes se hicieron de la conducción del Partido Justicialista sin internas ni voto de los afiliados desde hace 3 décadas) enfrenta un escenario electoral también incierto por la posposición de las PASO y la sospecha de que el FdT pueda repetir las maniobras de proscripción a eventuales listas que quisieran contender. El contexto empeora si advertimos que, falto de alternativas que lo entusiasmen “a favor”, el electorado viene optando por votar “en contra”.

Cuando podría repetirse a nivel nacional la posibilidad de un peronismo dividido (esta vez en al menos 4 listas) enfrentando en las parlamentarias a una Alianza Cambiemos capaz de conservar la mayoría de sus votos de 2019, el desafío del peronismo es recuperar la centralidad política posponiendo el negocio electoralero.

Tras la experiencia del FdT conformado después de graves acusaciones cruzadas de sus miembros acerca de quiénes son y no son peronistas carecen de sentido todas las consideraciones sectarias. Nadie más autorizado que Perón, al regreso de su exilio,  cuando declaró que no existen nuevos rótulos que nos definen y que somos “lo que las 20 verdades” dicen.

Más temprano que de inmediato el peronismo debe discutir el programa de salvación nacional llamando a la conformación de un frente patriótico y popular: lo que se debió hacer para las últimas elecciones presidenciales y reemplazó por promesas que se volvieron mentiras por incumplidas. Sin necesidad de llamados de una dirigencia que no dirige, de cara al Pueblo y a modo de cabildos abiertos para garantizar participación masiva y evitar el aparateo de los “círculos políticos” y “caudillos” de los que nos advirtiera Perón en esas 20 Verdades.

Los autopercibidos pragmáticos y la desacreditada clase política -cada vez más repudiada- reiterarán, seguramente, el argumento obturante y censor de que “no dan los tiempos”. Lo hacen frente a cada elección mientras los que no pueden más sufren y mueren. Es su modo habitual de ocultar -por obcecada negación- que nunca se alcanza lo que jamás se comienza.

@Arielmagirena

Soberano: el dueño de los votos - Revista Mugica

martes, 18 de mayo de 2021

De “nunca menos” a “no se puede” (desafíos para una dirigencia que no dirige)

 

El valor del kirchnerismo es el de restaurar el proyecto de Perón después de que el peronismo fuera víctima de un genocidio precedido de proscripción, fusilamientos, prisión y bombardeos. La CIA y sus socios locales se ocuparon bien de que la reinstitucionalización de 1983 encontrara al peronismo con sus cuadros muertos, desaparecidos, clandestinos, presos o en el exilio. Con los puentes dinamitados no hubo vínculo entre la generación diezmada y una nueva generación peronista y el Partido Justicialista fue conducido por los que la masacre eligió para sobrevivir o los que zafaron. Así fue fácil infiltrarlo y coronar a los traidores. No podemos olvidar que la UCD -el partido de la derecha que por fin había logrado expresión electoral- se suicidó para darle al menemismo los funcionarios que necesitaba. Cuando se omite esto -para hacer una crítica al peronismo o para negarlo- se tributa a favor del exterminio y el plan de borrar al peronismo de la historia.

Ya nos dijo Rodolfo Walsh que “nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas.” 

Recién cuando se distribuyan 3 millones de hectáreas entre cooperativas y familias, cuando se construyan 8 mil escuelas en Argentina y países hermanos como Bolivia, Paraguay y Colombia, cuando la tasa de desempleo sea cero, cuando no haya ni un sólo niño en la calle, cuando el Banco hipotecario entregue viviendas atendiendo a todos las 24 horas, cuando al menos una rama de la producción esté completamente en manos de cooperativas, cuando seamos el cuarto país del mundo en desarrollar un avión de la máxima tecnología conocida, cuando la salud sea absolutamente gratuita y disponible para todos, cuando tengamos los astilleros más grandes de la región y la cuarta flota mercante del mundo, cuando se dicte una constitución revolucionaria que consagre los derechos sociales subordinando la propiedad privada al interés colectivo, cuando los recursos estratégicos sean nacionales e intransferibles, cuando la banca y el comercio exterior sean nacionales, cuando los trabajadores participen del control y de las ganancias de las empresas, cuando el frente popular abarque desde conservadores populares como Solano Lima o Cámpora, nacionalistas como Roza, Walsh o Carlino, socialistas como Borlenghi, comunistas como Puiggrós o Bel Gelbard, marxistas de cuño como Cooke, o Hernández Arregui, radicales como Manzi o Jauretche y troskistas como Abelardo Ramos, más el movimiento obrero organizado -con sus dirigentes socialistas, comunistas y anarquistas-, el sector nacionalista de las Fuerzas Armadas y el movimiento indigenista -entre otros muchos que la indignación no me permite ahora recordar ahora-, entonces habremos llegado al piso del peronismo y soñar con profundizarlo o superarlo. Mientras tanto habremos sido, venturosamente y por la calidad de la conducción de Néstor Kirchner, la reedición moderada del nacionalismo popular en tránsito -hoy interrumpido- a la recuperación de la Patria Peronista.

Negar la identidad política del único movimiento revolucionario de la Argentina es entregarse de regalo.

¿Acaso Francisco es más que Jesús por tomar medidas nuevas en un mundo distinto?

Néstor Kirchner decía claro que “somos peronistas, nos llaman kirchneristas para bajarnos el precio”.

Kirchnerismo ES peronismo. NO ES más que el peronismo. 

El argumento acerca de la “superación” del peronismo es una proclama de clase. Es el ruego por suspender las transformaciones y obturar la recuperación de nuestros derechos arrebatados con sangre y con dolor que hace una clase media satisfecha (y el liberal-progresismo que la representa) porque se da por pagada reivindicando políticas subsidiarias y reformas meras como paliativos a las clases siempre postergadas. Es la confesión del interés NULO que tiene por la justicia social una clase que recibió los beneficios del modelo. Es el conformismo oponiéndose a la profundización.

Por primera vez en nuestra historia un gobierno asumido con el voto peronista justifica en una crisis global la ejecución de un programa de ajuste que empeora la tragedia económica, social y política que hereda.

“Crisis es oportunidad”.

Es urgente la toma de medidas que reivindiquen y devuelvan el camino que señalan nuestras banderas de justicia social, soberanía política e independencia económica.

“No se puede” es la proclama de los cobardes.

Maradona el día en que lloramos todos

(publicado el 25 de noviembre de 2020 en Argentinasocial.ar: http://argentinasocial.ar/maradona-el-dia-en-que-lloramos-todos/) Fotografia, Mural homenaje en el bario portelo de San Telmo)



No te necesitábamos peronista, Diego. Alcanzaba con todo lo que eras y como nos representabas  en nuestras pasiones y en nuestras contradicciones;  es ahí donde el hecho de que fueras peronista se hizo inexorable.

Fuiste nuestro espejo y ejemplo. Aprendimos con vos y tus dolores mientras te mostrabas como eras, sin especulación ni disfraces.

Cuántas veces quise ser vos por lo que decías más que como jugabas, que era absolutamente inalcanzable para otro ser humano.

Un Dios plebeyo y vengador que se atrevió a ser hombre y se cargó en sus titánicas espaldas lo que la clase política no se atrevió ni hoy se atreve.

Habrá la posibilidad de un manifiesto antiimperialista más contundente y ético que jugarse la moral burguesa por amor a la Patria contra los ingleses y –consumado- expiarlo con un gol que fue el poema  más bello y épico de la historia del fútbol?

Se atrevió dirigente alguno a poner el cuerpo, la voz, la imagen y su prestigio en oponerse al saqueo mientras la política se repartía entre los que traicionaron el mandato popular de ser oposición y los que se asociaron abiertamente con los saqueadores?

Escucho en la radio el despropósito de los petulantes elegir “con qué Diego se queda” cuando Diego ha sido todo.

Diego es la metáfora de la Argentina acosada por los perversos y capaz de resucitar de las cenizas mil veces mientras su corazón sufre. Tal vez su muerte nos avisa del riesgo de que un día también la Patria muera por una falla en el corazón a fuerza de instalar desde el marketing y las corporaciones el veneno de la fragmentación y el odio y de perpetuar  la injusticia social, el dolor de los pobres que el Diego nunca olvidó.

Diego el redentor. Nació en el barro del mundo negado, encontró una fisura en el sistema y se atrevió a concretar sus sueños, no sólo con talento sino con trabajo. Lo vimos lesionado, infiltrado, gordo, drogado y repuesto de todo. Padeció la desilusión y el robo de amigos de su infancia y del barrio. Lo vimos cambiar de entorno, rodearse de parásitos y defenderlos con amor, inmerecido como puede ser el amor, y con pasión hasta cuando pudo verlos.

Diego el malquerido. Lo vimos caer en la trampa que le tendieron los poderosos a los que enfrentó desde que su voz tuvo influencia y soportar el juicio de los mediocres. Y vimos en él lo que significa ser fustigado por los medios. Enfrentarlos y vivir para lucirlo.

Diego hermano, amigo, compañero. Si todavía no sé dónde te vamos a despedir -en esta pesadilla de barbijos y prohibición de los abrazos- en el día más triste de nuestros días, cuando tantos que discutimos hasta el color de la vida nos sentimos solos al unísono.

Ariel Magirena

Magnetítere: Clarín y el mito conveniente


 El progresismo funcional ha creado convenientemente el mito de un Héctor Magnetto todopoderoso para distraer la contradicción fundamental que sigue pensando sobre la Argentina, que es Patria o colonia. Pero cuál es el origen de Clarín y el verdadero poder de su temido CEO ?

Mientras Juan Perón irrumpe en la política argentina influyendo en las masas la necesidad de participar en un proyecto de desarrollo con soberanía y justicia social, se consuma (en agosto de 1945 con la fundación del diario Clarín) el proyecto socialdemócrata llamado «desarrollismo». 
Financiado por el Partido Comunista y dirigido por cuadros de su cuño con el fin de disputar al peronismo vislumbrante, recibe su primera derrota apenas nacido con la gesta del 17 de octubre. La tarea empresaria se había encargado al periodista Roberto Noble y la línea editorial al cuadro estalinista Rogelio Frigerio.
Su cometido era abiertamente antiperonista, alentando una alternativa que representara a la naciente clase media (comerciantes y profesionales) con el sector empresario (fortalecido con las políticas de gobierno desde la revolución del ’43), mientras por izquierda intentaba recuperar a la clase obrera que le había sido arrebatada por el peronismo.
Clarín se convertiría hasta hoy en el intérprete y vocero del llamado "progresismo" y en el órgano de propaganda del "desarrollismo" que se consuma en un efímero partido político después de asociarse con los radicales que siguieron a Arturo Frondizi en la ruptura de la UCR de 1957.
Con eficacia Clarín instaló agenda imponiéndose a los diarios tradicionales, La Nación y La Prensa, representativos de la rancia oligarquía local. Pero tras la muerte de Noble en 1969, reemplazado por su viuda Ernestina Herrera, comenzó a buscar su reemplazo en el rol empresario formando al contador Héctor Magnetto (hoy propietario de más del 80% del grupo convertido en oligopolio económico) desde su ingreso a la empresa en 1972.
Cuando -pese a la proscripción de casi dos décadas- el peronismo vuelve al gobierno en 1973 el proyecto desarrollista es derrotado e incapacitado por lo que el perfil de Clarín suspende su estrategia político-partidaria para convertirse en el imperio que hoy es, pero con la obsesión de conseguir instalar electoralmente un presidente que le respondiera. Para eso su ideología se adapta a las necesidades de la dictadura oligárquica y genocida cuando se produce la primera etapa de crecimiento al asociarse con empresas vinculadas con la obra pública y recibir, mediante maniobras delictivas como cohersión y tortura a una mujer (Lidia Papaleo) su participación en el monopolio de Papel Prensa.
Su poder trasciende el derrotero de sus cómplices en el gobierno de facto y comienza su etapa de influencia en la política nacional aprovechando su lugar dominante en la prensa que refuerza cuando el alfonsinismo le otorga ilegalmente Radio Mitre pese a que Raúl Alfonsín ya era víctima de las maniobras destituyentes que le pondrían fin adelantado a su mandato.
Desde entonces el cometido de Magnetto fue conseguir lo máximo posible de cada gobierno al que ayudó a llegar a la presidencia para, luego y con más poder, presionarlo por más privilegios o buscar su destitución.
El peronismo, como maldición que acosa a Clarín, consigue, pese a la obscena oposición declarada como «periodismo de guerra», imponer a Cristina dos veces en el gobierno aunque jamás se atrevió a dar el golpe que pusiese fin al poder del grupo que ya, claramente, no necesitaba ni pretendía un partido para gobernar. 
El suicidio electoral promovido por el progresismo en 2015 permitió la presidencia del candidato de Clarín, Mauricio Macri. 
Delirios del tipo «perder para volver» y «hay que dejarlos hacer que se caen solos» redundaron en un plan de saqueo que no encontró oposición e incluso pudo derrotar electoralmente en 2017 a la propia expresidenta contendiendo contra un personaje menor de la política como era Esteban Bullrich. Ese exito, sin embargo, desnuda el poder de tigre de papel, de Magnetto y Clarín.
Cómo en los gobiernos de Alfonsín, Menem, De La Rúa (un caso muy especial que merece otro artículo) y Néstor Kirchner, llegó el momento en que Macri cambió de patrón por uno mas poderoso: en todos los casos (menos el de Kirchner, que se propuso SER él, el patrón) el sistema financiero mundial.
No era un riesgo que Magnetto no advirtiera pero sí uno contra el que jamás pudo. Por eso su confesión de que su plan comenzaba por dar apoyo al presidente disminuirlo después mientras lo presionaba y finalmente buscar su derrota o caída.
Hoy estamos frente a un fenómeno político que Perón catalogaba «de cabotaje» mientras sigue imperando la política internacional -en la que Clarín es socio, pero de ninguna manera patrón-.
Así el monstruo de papel funge como los capataces negros de las viejas haciendas esclavistas del sur estadounidense: tiene toda la autoridad sobre las vidas de sus hermanos de raza y disfruta de sus privilegios, pero no manda.
En un gesto de autopreservación -frente a la debacle económica de un macrismo con permiso extranjero para dejar tierra arrasada en la Argentina (para su propio beneficio) mientras consumara el plan colonial, el superCEO instruyó a su alfil Alberto Fernández a negociar con Cristina. Pero la maldición del peronismo (del que en este gobierno sólo tiene un sello formal diluido en una alianza neoliberal con atuendo progre como la de De La Rua) hizo que su ungido lo traicionara apenas al comenzar su gobierno para recibir instrucciones directas de una de las dos facciones de la interna hegemónica mundial.
Magnetto -beneficiado por las políticas del albertismo además del generoso aporte de la pauta oficial- sólo ejerce hoy su impronta opositora como un club de fútbol que sigue entrenando pese a no haber clasificado.
Mientras tanto, por primera vez, no hubo cambios políticos ni económicos con el traspaso de gobierno por lo que no queda nada del romance habitual que cada nuevo mandatario tiene con su electorado y sólo lo sostiene la versatilidad de un relato cada vez menos creíble y su propia estructura de medios, desprestigiada y sin credibilidad como artilugio de diseño que distrae y confunde con el fin de retrasar, todo lo posible, una reacción popular o una manifestación de lo que cultiva en el pueblo.

«Divide y reinarás» tiene como ariete un plan de fragmentación social con una agenda que comparten tirios y troyanos que resulta más eficaz que «la grieta» a la que se suma. Pero este momento evidencia una regla de la que nos distraen con éxito y podemos adaptar (ya que los optimistas eligieron llamar Capitán Beto al mismo al que muchos llaman piadosamente Alverso): «donde manda almirante, capitán es puesto menor»