domingo, 22 de noviembre de 2020

Aborto y cinismo.




Este posteo es solamente una respuesta a quienes no saben entender lo que leen y salen a provocar con odio y fanatismo una discusión en la que está ausente el único elemento que no debería faltar que es el corazón.

Ignoro por qué les importa tanto lo que pienso yo, que sólo soy una persona adentro de una comunidad de millones a la que no quieren escuchar pero si manipular e imponer.
Por supuesto que tengo posición, y la comparto a continuación, pero además le he puesto el cuerpo (literalmente) ya que tengo hecha una vasectomia desde cuando se hizo por fin legal en la Argentina. Particularmente no soy partidario de seguir trayendo al mundo más niños antes de volverlo un lugar digno de vivir. Para eso milito la doctrina y la filosofía peronista. Pero como mi opinión particular no importa no intento imponérsela a nadie ni invado las redes de nadie para difundirla.
Los que me leen habitualmente y los que me conocen en la vida real (la única que existe) no necesitan leer esto.
Sé lo que es ser un niño pobre y lo que se sufre por eso. Sé lo que es ser un niño no deseado que soporta el abuso de su madre joven que sintió su vida maldecida por un embarazo y terminó teniendo cinco. No me siento (como los que vienen a agredirme a mis redes) con autoridad para juzgar a los otros y apenas me ocupo de responder a lo que me vienen a gritar a MIS espacios virtuales.
Lo que también sé es que los odiadores son cobardes y simularán no haber leído lo que su conciencia no quiere reconocer (cómo esos batracios y reptiles que no pueden ver nada que no se comporte como su comida).

YO SI, QUIERO UNA LEY
Porque entiendo las leyes como un acuerdo de convivencia y encuentro, contrario de este debate de odio.
Quiero una ley de procreación responsable en un contexto de justicia social.Sin justicia social es un engaño la premisa de la libertad de elegir.
Una ley que promueva los nacimientos y dé la bienvenida a los nuevos hijos de la Patria, a todos y cada uno.
Una ley que garantice que ninguna hermana muera en una camilla de un aborto clandestino pero tampoco como resultado de una salud pública desmantelada en favor del negocio privado.
Una ley que iguale y permita al padre decidir.
Una ley que ofrezca al bebé no deseado por su madre o padre ser recibido por una familia que no puede procrear y está llena de amor para darle.
Una ley que reconozca que la maternidad no es obligatoria y tampoco una condena. Que la celebre y promueva en un país que está desierto.
Una ley que establezca la obligación tutelar del Estado para garantizar todos los derechos de los niños, fundamentalmente el de ser feliz.
Una ley que les salve la vida y los proteja de la maldición de vivir con quien no los pueda amar.
Una ley que garantice y estimule el vínculo entre el hijo y su mamá cuando sufre la imposibilidad de criarlo por cualquier motivo (que nunca puede ser económico o social).
Una ley que prohíba explícita y contundentemente el sometimiento de una mujer al rol de incubadora de bebés de diseño para la satisfacción de los caprichos de ególatras dueños del dinero suficiente.
Una ley que promueva, estimule y privilegie la familia porque es el único lugar que conozco donde se puede enseñar a amar

ARIEL MAGIRENA

jueves, 22 de octubre de 2020

Macri: el Presidente que se fue antes y avisó recién (quién gobierna cuando el presidente no gobierna?)

 


Macri considera que su gobierno, en lo económico, terminó el 11 de agosto de 2019 con el Peso a 45 por Dólar, como si dejar que devaluara a 60, en esos días, no fuese una decisión suya. Alberto consideró sensata la devaluación, en esa oportunidad, convirtiéndose en socio de Macri -o del mercado, si es que Macri ya no gobernaba-.

Según Macri ya no gobernaba cuando su flamante ministro Hernán Lacunza anunció, el 28 de agosto, su propuesta de “reperfilamiento” de la deuda que no era más que el rescate de bonos de próximo vencimiento. Aunque estrenaba una denominación no se trató de otra cosa que el modelo usado en cada crisis de deuda desde Alfonsín hasta nuestros días, que  supo tener otros nombres como Plan Brady, Blindaje o Megacanje.

Alberto tomó el mando el 10 de diciembre sugiriendo, en su discurso, que sabía bien con lo que se encontraba y prometiendo hacer un llamado a suscribir un plan que llamó de Acuerdos Básicos de Solidaridad en la Emergencia del que nunca supimos de qué se trataba ni quiénes lo integrarían.

Atendiendo al tiempo que se tomó conformar las líneas en las estructuras de cada cartera de su gabinete (que se completó avanzada la pandemia covid en 2020) y, también,  que durante el confinamiento obligatorio apagó al Estado y pospuso sin tiempo el plan de gobierno, podríamos decir -en la lógica precedente- que el gobierno de Alberto aun no comenzó (que es prácticamente lo que sostiene el sector liberal-progresista que lo justifica) o que comenzó con la cuarentena, lo que vendría a ser que lo que va de su gobierno sólo fue administrar un fenómeno sanitario que viene perdiendo vigor en todo el mundo pero empeora aquí pese (o debido) a las medidas tomadas.

Podría uno preguntarse quién gobierna, entonces, desde agosto del 19 hasta hoy (o quién gobernó hasta marzo, si creemos que ahí comenzó Alberto).

Lo cierto es que el rumbo económico sigue siendo el mismo que dejó el macrismo -más allá de cuántas veces se haya detenido el nuevo piloto en boxes-.

Por caso:

El acuerdo celebrado por el actual gobierno con los bonistas es otro paso (en el mismo sentido) que sucede al que ejecutó Lacunza (o Macri si es que seguía gobernando).

El cepo al ahorro en dólares evolucionó en contra de los asalariados con capacidad de ahorro y sostiene el mismo propósito de declaró su autor al implementarlo a la salida de su gobierno.

Las paritarias se suspendieron y se reabrieron con techo.

Las tarifas volvieron a liberarse (y se piensa en segmentar a los usuarios).

Los precios no se controlan o se lo hace mediante el mismo programa de precios cuidados del macrismo que pervirtió al homónimo que dejó Cristina.

Se modificó a la baja el modelo de actualización jubilatoria.

Se expandió la limosna social como política de Estado.

Se continuó con la pulverización del poder adquisitivo y se aniquiló la producción en favor de la especulación además de permitir que los mercados devalúen el peso al nivel de la segunda peor moneda del continente (el peso vale menos que la moneda de Haití que es el país más pobre de América).

Se elevaron las cifras de pobreza familiar e infantil a las de un país en guerra o hambruna.

Se duplicó el desempleo (real) heredado.

Se consiguió el fenómeno conocido como “estanflación”, en el que el aumento de los precios más la recesión productiva y del consumo se esconden mediante la trampa de unirlos en una sola estadística de ponderación.

Se privilegia con pauta a los medios hegemónicos de comunicación.

Se rebajaron las retenciones a los agroexportadores.

Se dejó afuera de las empresas y organismos del Estado a la mitad de los despedidos y perseguidos por el  macrismo.

Se profundizó el proceso de pauperización de la llamada “clase media”.

Se sumó a la Argentina al grupo de países que promueven la intervención de organismos extranjeros en Venezuela (mereciendo el mote de "tibio" pronunciado por el mandatario Maduro).

Se subsidia la banca y el seguro haciéndola participe e intermediaria de la política de ingresos y de salud.

Probablemente a quien analice sin tomar partido no le sorprenda la coherencia de esta continuidad ya que el cambio drástico de modelo que dio la Argentina  desde diciembre de 2015 hubiera sido imposible sin la traición al mandato de las urnas de quienes fueron votados por el pueblo para ser oposición (abdicando la mayoría y sirviendo al gobierno de Macri el resto). Más bien la contradicción se manifiesta con todos los gobiernos identificados como peronistas ya que, sin necesidad de adjetivar negativa o positivamente esas gestiones, la característica común fue la de resolver sin dilación la crisis heredada que cada vez ha sido, en lo económico, peor que la anterior.

Ante esta situación el peronismo sin voceros decidió tomar la calle este ultimo 17 de octubre en abierta desobediencia de la orden y los planes de Alberto cuando la idea de inventar una “movilización sin moverse” (convocada en lo audiovisual con el ridículo ofensivo de meter los pies en una palangana)  redundó en fracaso por los mismos motivos por los cuales el mundo rechaza las elecciones electrónicas:  porque pueden ser falsificadas a costa de los autores o corrompidas a pedido de los enemigos.

La movilización que duró todo el día y comenzó con la caravana de los gremios que apoyan a Pablo Moyano como líder de la reunificación de todo el espectro del movimiento obrero organizado, eclipsó toda protesta precedente (virtual, esquinera , balconera o caravana) con una sola identidad, el peronismo, demostrando que, con o sin conducción, es la dueña de la iniciativa política. El mensaje fue ruidoso y elocuente, señalar al gobierno la necesidad de peronismo avisando: “acá estamos, estos somos”. 

El discurso de Fernández (en el acto en el que la ausencia de Cristina volvió invisible la jerarquía de cualquier presencia), evidenció su sorpresa ante la espontánea toma de la calle al decidir ignorarla e insistir en el llamado a un “centro” mentido, refutado por los anónimos que estelarizaron la jornada.  De hecho sus palabras sonaron a las promesas que evitó pronunciar durante la campaña y que ya no sirven siquiera como adelanto para la inminente nueva con miras a las legislativas.

Mientras esto ocurre el Presidente elegido hace un año da permiso a su Ministro Guzmán para que tome las medidas que crea necesarias frente a la corrida del dólar, lo que parece haber provocado lo contrario: otra devaluación de facto en la economía doméstica al que se llama “suba” de la moneda estadounidense. 

En este contexto redunda en las redes la pregunta que denota desesperación e incertidumbre y que visibiliza la interna del campo popular más que la del FdT: “vos qué harías?”

Sin embargo sólo es una provocación, una pregunta retórica, ya que los que ofrecen alternativas son demonizados en el acto con argumentos que no son políticos ni económicos.

“Mejor que decir es hacer” enseñó el único presidente ungido tres veces por el voto popular. Pero peor que no hacer es dejar hacer ya que no ejercer el mando en una crisis es cederlo. Las crisis no se arreglan solas, sino que solas empeoran.  No se puede esperar del mercado ya que el mismo prócer advirtió que “la economía nunca es libre, la manejan las corporaciones para su beneficio o la maneja el estado para el bien común”.  Por eso es sensata la declaración del ex Presidente  Macri cuando confiesa la fecha del fin de su administración. Quién gobierna cuando no gobierna el presidente? Gobierna el mercado.

Es absurdo hoy dirigir los misiles contra la fuerza que recibió hace un año su telegrama de despido. Que se pavoneen ellos en los estudios de los medios que no les sirvieron para ganar las elecciones!  El 17 de octubre han sido reducidos a menos que humo junto con sus protestas y sus pretensiones de oposición. Despertó el actor principal de esta novela que representa la identidad un pueblo desobediente que avisa y que pide.

Y que es leal a quien lo escucha.


@Arielmagirena

 

viernes, 16 de octubre de 2020

El 17 de Octubre, las calles y las palabras - Cuando la Patria se hizo Pueblo

 


75 años después de la gesta popular que representó el nacimiento de la última y más moderna filosofía política de la historia de la humanidad quiero referirme a un puñado de puntos del sencillo e improvisado discurso de Perón al ser liberado por la movilización de casi un millón de trabajadores en un país donde vivían sólo 10 millones. Tal vez deberíamos imaginarnos hoy al diez por ciento del Pueblo en la calle, unos 4 millones y medio, en una movilización como aquella que esa noche Perón caracterizó textualmente como “la verdadera fiesta de la democracia, representada por un pueblo que marcha a pie durante horas para llegar a pedir a sus funcionarios que cumplan con el deber de respetar a sus auténticos derechos”.

Acababa Perón de pedirle el urgente llamado a elecciones libres al gobierno de la revolución nacionalista que había salvado a la Patria de la “década infame” -cuando la casta política coincidía con la casta oligárquica- para abrir paso a una institucionalidad sin manchas y sería en febrero cuando el proyecto patriótico, antiimperialista y anti oligárquico se estrenara con un triunfo arrollador.

El contexto nacional no podía ser peor: el granero del mundo tenía al 90 % de su población en pobreza mientras sus recursos económicos mantenían los privilegios de 1000 familias terratenientes. El internacional lo superaba: el mundo estaba en crisis global, con Eurasia y oriente reducidos a escombros, con decenas de millones de muertos y mutilados, con las economías locales destruidas, con el principal mercado de nuestros granos en recesión, como resultado de la 2da guerra mundial. Compararlo con lo que hoy consideramos una catástrofe global es una falta atroz de respeto a la inteligencia y a las víctimas de entonces. En ese contexto la Argentina peronista pasó de producir de porotos al desarrollo nuclear para la paz, de exportadora de piensos a fabricar aviones, barcos y locomotoras, de la mayoría popular en emergencia a la sociedad más justa conocida.

La movilización popular, durante los años que gobernó perón, jamás fue para reclamar y sí para celebrar y, aunque el tiempo es más largo para los que sufren, se consagró en una década la segunda epopeya histórica después del sueño libertario. “Era octubre y parecía mayo” Lo describió el poeta Leopoldo Marechal.

Perón era el estratega de la causa popular. Se había formado y había trabajado para el propósito emancipatorio inconcluso de mayo de 1810. Por eso era consciente, en el medio de la sorpresa de los acontecimientos de octubre, del papel que le tocaba asumir en la etapa social de la misma revolución. Lo expone en otro tramo de su discurso cuando advierte: “esto es el pueblo sufriente que representa el dolor de la madre tierra, al que hemos de reivindicar. Es el pueblo de la patria, el mismo que en esta histórica plaza pidió frente al Cabildo que se respetara su voluntad y su derecho”.

Reconoce y acata la voluntad de los trabajadores de ungirlo su líder. Entonces abre el espectro del frente patriótico, en ese mismo diálogo con la masa, en la honra de ser soldado, patriota y trabajador. Aunque también era ejemplo.

“el renacimiento de una conciencia de los trabajadores, es lo único que puede hacer grande e inmortal a la Nación -dice- amar a la patria no es amar sus campos y sus casas, sino amar a nuestros hermanos”.

Por fin y por primera vez la Patria es nosotros.

Donde estuvo?, preguntaban los obreros y Perón elude porque los hombres son sus circunstancias y sabía que muchos de sus camaradas de armas que formaban parte del gobierno que había cumplido su cometido histórico, incluso inconscientemente cuando lo llevaron a prisión para que fuera rescatado por los que no traicionan ni malpagan, serían sus aliados en el nacimiento de la nueva Argentina. “Desde esta hora, que será histórica para la República, que sea el coronel Perón el vínculo de unión -afirma. Y agrega- que sea esta unión eterna e infinita para que este pueblo crezca en esa unidad espiritual de las verdaderas y auténticas fuerzas de la nacionalidad y del orden; que esa unidad sea indestructible e infinita para que nuestro pueblo no solamente posea la felicidad, sino también sepa defenderla dignamente".

Por primera y única vez, una proclama política y revolucionaria se da un propósito tan trascendente que es lo que da sentido a vivir. Ser felices.

El 16 de octubre de 1945 no existía el peronismo. O existía pero no se decidía a llamarse así. Lo habían anunciado los jóvenes de Forja que advertían de una Nueva Argentina que pujaba por nacer, a la que reconocieron en cuanto la vieron y a la que se sumaron para construir. Pero el día antes al 17 de octubre, cuando los delegados dudaban y la conducción obrera declaraba para el 18 un paro por la liberación del Coronel y secretario de trabajo y previsión -que se rumoraba confinado en la isla Martin García- la identidad y bandera tenía el nombre de una persona, no de un movimiento y mucho menos de un partido. Sobre todo porque la mayoría ya lo tenía! El movimiento obrero organizado estaba compuesto y dirigido por comunistas, socialistas y anarquistas. Peronistas se hicieron ese día.

“yo te daré, te daré niña hermosa, te daré una cosa, una cosa que empieza con P”, amenazaba impúdica y soez la multitud en marcha cerrando el canto en modo contundente gritando: Perón.  Ese apellido significaba explícitamente el proyecto revolucionario y el frente popular para quienes no eran precisamente analfabetos políticos. A lo sumo, alguno no sabría leer…letras. Pero para consigna no necesitaban más y las pancartas no decían otra cosa: Queremos a Perón.

Meses después el programa de gobierno sería el que pedían las calles y las paredes. Todo lo que esbozaba el discurso de ese día y que se convertiría en una doctrina simple, patriótica y humanista sintetizada en 3 banderas blindadas y excluyentes: Justicia social, soberanía política e independencia económica. Los ejes para cumplir la promesa de Perón en el consejo que corona su discurso: “Trabajadores: únanse; sean hoy más hermanos que nunca. Sobre la hermandad de los que trabajan ha de levantarse en esta hermosa tierra la unidad de todos los argentinos. Diariamente iremos incorporando a esta enorme masa en movimiento a todos los díscolos y descontentos para que, juntos con nosotros se confundan en esta masa hermosa y patriota que constituyen ustedes”.

Esa noche Perón recibió de la energía del pueblo en la calle la fuerza y la inspiración para el desafío que encararon juntos: construir el movimiento de masas más grande de la historia de occidente, llevarlo sin sangre al gobierno e institucionalizarlo en una constitución revolucionaria que alienta el desarrollo individual en una comunidad organizada con eje en el bien común. Tan simple que tiene rima sonante y consonante en la mítica marcha que sigue siendo hoy un grito de rebeldía y pone nerviosos a ciertos dirigentes: "Todos unidos triunfaremos (...) "Combatiendo al capital" (...) "Para que reine en el pueblo el amor y la igualdad".

Eso que una vez fue realidad efectiva y que recuperaremos volviendo a Perón. El que nos espera en el futuro si nos atrevemos a ir a él. 

@Ariel Magirena

(ilustración: Mural de la artista Angeles Crovetto)

lunes, 14 de septiembre de 2020

Sindicalización policíal: permiso para el desacato y abdicación de la política

Te imaginás una asamblea de policías durante un enfrentamiento con una banda de narcos? 

Te imaginás que un poli llame a su delegado antes de realizar una detención in fraganti?

La sindicalización de los cuerpos armados es un delirio liberal-progre que no tiene sentido ni razón. Las fuerzas armadas y de seguridad necesitan estar permanentemente en servicio y alerta. La guerra (incluso contra el delito en el caso de la seguridad ciudadana) no tiene horarios ni francos (aunque tiene momentos de descanso de tropa). Fuera de su horario e incluso luego de su retiro (salvo que fuese exonerado por algún delito) un oficial o agente no pierde jamás estado policial. Ha sido formado y armado para eso y por eso debe ser remunerado actualizado en su capacitación y cuidado además de exigido. Es su obligación portar su arma todo el tiempo atento a cualquier incidente que lo requiera en sus funciones. 

Nadie obliga a un ciudadano determinado a ser policía -su ingreso al servicio ha sido voluntario- y durante su formación fueron probados su temple y su capacidad (eso es, o debe ser, custodiado y garantizado por el Estado). El sentido de la exigencia en la escuela de policía es que egresen los que la superan y son capaces de actos altruistas hasta el grado de entregar la vida. 

No tiene derecho a la duda: la eficacia de una fuerza es la obediencia al canal de mando sobre el cual está la Constitución. Ese contrato es irrompible y tiene como límite la Ley. Del mismo modo, las responsabilidades son más graves cuanto mayor el grado jerárquico. La acción de un policía en funciones es punible a su superioridad por cuanto su desacato es condenado con rigor. Un agente armado por el Estado es un servidor, por lo que TODOS sus problemas deben ser resueltos por el Estado a través de su superioridad. Si esa superioridad es impotente o carece de habilidad o autoridad debe ser removida hasta el nivel que fuera. 

La sindicalización, aparece aquí como el modo cómodo de eludir el control adentro de una fuerza infectada por delincuentes que manchan su uniforme y que, en mas casos que un fenómeno, se corrompen en favor de la política. Alentarla es agregarle al policía el trabajo de organizarse para defenderse de su patrón, que es nadie menos que el Estado. Es naturalizar que el Estado lo abandone. 

EL PELIGRO

Un grupo armado que abdica de sus funciones -que son aquellas por las cuales el Estado le confía el monopolio de las armas- es una amenaza; pero nadie con responsabilidad e inteligencia cometería el desatino de entrenar un mastín con el fin de proteger la seguridad de su hogar para luego dejarlo sin alimento, si no quiere que la fiera un día le coma uno de sus hijos!   Dijo Sun Tsu: “Mira por tus soldados como miras por un recién nacido; así estarán dispuestos a seguirte hasta los valles más profundos” y también dijo que “un general que termina temiendo a sus soldados es el colmo de la ineptitud”.

Puede el Estado, entonces, armar a un ciudadano y someterlo a él y su familia a vivir en la pobreza, con un salario que no alcanza a los dos tercios de la canasta básica?  

La responsabilidad también es institucional y recae sobre los gobernantes -quienes sean- aun si la deuda fuera heredada ya que tampoco a nadie se obliga a una candidatura.  

Quiere la clase política -que se otorga los sueldos a si misma desde cada Poder de la República- resolver el tema salarial de la policía de una vez? Si así fuera ya existiría una ley, decreto o fallo que enganchara el escalafón policial al de alguna estructura existente de interés de la política para que cuando los políticos se aumentan los ingresos se los estén también dando a ellos. Lo mismo ocurriría con médicos o docentes y demás declarados "esenciales" pero a los que pretenden contentar con aplausos. Y qué decir de todos los ciudadanos de clase activa sometidos al fraude laboral o el desempleo por abdicación de quienes reciben su paga por (supuestamente) su trabajo de garantizar los derechos constitucionales!

Claro. "Estamos en crisis", como siempre. Pero: Quién establece las prioridades y pospone la igualdad de posibilidades? La pregunta no es retórica: creemos que son aquellos a los que votamos en cada elección, pero nunca supe de alguno que se hiciera cargo o al menos, conociendo desde adentro (el lugar donde lo llevó el voto) denunciara por qué no se cumplen las promesas de campaña. 

Por qué sólo conozco el caso ÚNICO del mítico diputado peronista (fundador del Grupo de los 8) José "Conde" Ramos de brindar una asamblea de rendición de cuentas de su trabajo en el Congreso cuando estaba por terminar su mandato sin aspirar a renovar su banca? 

La contradicción fundante, patente en esta crisis que se expresó en estos días en la revuelta policial, es la de los gobiernos con la Constitución. Cuando en 1957 la dictadura proscribió la legítima Constitución de 1949 se vio obligada a resumir (por la presión social y sindical) los derechos laborales y sociales alcanzados en 10 años de gobierno de Perón, para incluirlos en el Artículo 14 bis del facto con el que la reemplazaron. Sin embargo ningún gobierno, a excepción del peronismo del 73 al 76, se ocupó de promover su cumplimiento, al punto de que la de 1994 (reforma del texto de la dictadura censurando la legítima Constitución) lo repitió como verdadera letra muerta. Su incumplimiento implica la eterna traición de los gobernantes al momento de jurarle fidelidad. 

En una Nación que no garantiza los derechos que señala su Carta Magna el Estado es una falsificación. 

Padecemos hoy los resultados de la traición de quienes juran sobre ella “constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad”, que señala su preámbulo, pero que con sus actos y gestión nos dividen como Nación, consagran la impunidad, promueven el enfrentamiento entre compatriotas, nos dejan indefensos frente a intereses extranjeros y someten a la arbitrariedad del poder económico.

“Nadie se realiza en una sociedad que no se realiza” dijo el único argentino elegido por el Pueblo tres veces para conducirlo. Si no nos atrevemos a exigir y a construir una Nación para todos no habrá Nación para nadie. 

(@ArielMagirena)

sábado, 29 de agosto de 2020

Sociedad del trabajo y cultura de derechos (Para el fin del desempleo, la desfinanciación del Estado y la ofensa de la limosna)

 


"Para el capitalismo la renta nacional es producto del capital y pertenece ineludiblemente a los capitalistas. El colectivismo cree que la renta nacional es producto del trabajo común y pertenece al Estado, porque el Estado es propietario total y absoluto del capital y del trabajo. La doctrina peronista sostiene que la renta del país es producto del trabajo y pertenece por lo tanto a los trabajadores que la producen."   (Presidente Juan Perón 2 de mayo de 1950. Inauguración del período de sesiones ordinarias del Parlamento Nacional)  

El empleo informal en nuestro país es uno de los flagelos que consiguen profundizar la pobreza y desfinanciar al sistema jubilatorio, de salud y de seguridad de los trabajadores. Para eliminarlo y promover la creación de empleo genuino se hace necesaria la creación -integrada al esquema del Ministerio de Trabajo- de una Agencia Única Nacional de Empleo que establezca con el DNI el registro de la situación laboral y social aprovechando las herramientas tecnológicas disponibles. 

Cada emprendimiento que demande mano de obra o servicio lo hará obligatoriamente a mediante la AÚNE a través de las filiales locales; y en caso de oferta directa dará inscripción formal, aun en los casos de período de prueba o de empleo estacional o eventual.

El registro permitirá que cunda la alarma digital en los casos de situación irregular -como la falta de movimientos de su cuenta sueldo- y envíe automáticamente un llamado a regularización al CUIT del empleador o CUIL del trabajador cuya falta de respuesta llevará de oficio a una inspección en la empresa y el domicilio particular del empleado para esclarecerla, resolverla, mediar o interponer una medida cautelar en caso de conflicto que afecte el derecho al trabajo y al sustento. El Estado sabrá siempre si un argentino está desocupado y sabrá quién es.

Siendo el horizonte alcanzar el desempleo cero y considerando al trabajo como derecho inalienable y articulador social, la AÚNE ponderará las capacidades y restricciones para tareas en todos los casos y propenderá a ubicar y dar formación a cada trabajador en el sentido de que “en la Argentina cada quien debe producir por lo menos lo que consume” como aporte al desarrollo productivo y la justicia social.

Cada ciudadano que llegue a la mayoría de edad y no acredite incapacidad para toda tarea estará automáticamente inscripto para gozar de los derechos que la Constitución garantiza a todos los trabajadores. Ninguno quedará fuera de la mira ni sin sus derechos (y obligaciones).

Desde el momento de su creación, la AÚNE recibirá del Registro Nacional de las Personas los mismos datos que provee a la autoridad electoral para revisar la situación laboral o social actualizada de los empadronados. Esta política terminará con toda discriminación naturalizada en los “cupos” que estigmatizan a los trabajadores según sus condiciones con la arbitrariedad de un modelo hegemónico fragmentador que clasifica en lugar de resolver. Del mismo modo liquidará el negocio detrás de la desocupación y la pobreza que contamina y distrae la función legítima y estratégica de las Organizaciones Libres del Pueblo hoy convertidas en virtuales clubes de mendigos.

En modo paralelo se promoverá una Ley de responsabilidad social empresaria y se consolidarán convenios entre los sindicatos por rama y el Ministerio de Trabajo para vigilar el cumplimiento de los convenios colectivos como de las normas de seguridad, salud e higiene en el ámbito laboral.

La realidad argentina, desde la última dictadura oligárquica y antinacional, llevó a una inaceptable naturalización del desempleo basada en la crisis del empleo en el mundo capitalista, lo que colisiona frontalmente con el modelo justicialista. 

Aceptar como categoría el desempleo equivale a aceptar el hambre, la pobreza o la discriminación. Por eso en la administración del Estado el Justicialismo tiene históricamente la temática del trabajo abordada con rango de Ministerio como la temática social asociada al bienestar y en otra cartera de la misma jerarquía.

Un desocupado es un trabajador desperdiciado al que el egoísmo del sistema roba su condición y con ella su dignidad.

“Cómo puede ser que en nuestro país, donde todo está por hacerse, haya desocupación?”, se preguntaba Juan Perón en 1972 ante la cámara de Octavio Gettino y Fernando Solanas consultado durante su exilio y proscripción.

El justicialismo aborda el desempleo como un fenómeno de la voracidad de las sociedades de consumo (que Perón calificaba como “del despilfarro”) por la extremación de ganancias que pretende el capitalismo salvaje que denuncia el Papa Francisco y se ejecuta mediante la explotación de los trabajadores. En ese sentido el Estado se ofrece como promotor del empleo, del desarrollo productivo y del bienestar social como el demandante mayor de productos y servicios. La decisión política de compra local, compra nacional y compra a cooperativas activa la creación de empresas privadas y de economía social.

La asunción de la responsabilidad del Estado en la generación del empleo es más importante que cualquier medida paliativa que se intentó, incluyendo las que permanecen vigentes. Crédito fiscal, préstamos subsidiados, aportes para el pago de haberes, planes de fomento y asistencia dejarán de ser parches para crisis de  coyuntura que nunca terminan y se convertirán en políticas activas para el desarrollo productivo en base a estrategias que atiendan al consumo básico de la población y la capacidad adquisitiva del salario con miras a equipararlo con el valor mundial del trabajo. Medidas que son clave al momento de recuperar la cultura de derechos que alguna vez inauguró el peronismo y de la que apenas sobreviven sus jirones.

Ningún gobierno puede verse ni considerarse hoy sorprendido por los ataques del mercado. Formación abusiva de precios, acaparamiento, desabastecimiento, monopolio, cartelización, especulación, evasión y otras maniobras terroristas que pretenden poner al mercado por encima de los derechos humanos son inocultables a los ojos de los trabajadores. Somos los trabajadores los que sabemos dónde está la mercadería escondida, cuánto cuesta producirla y si hay maniobras de vaciamiento o algún mecanismo de fraude cometido por su patronal. Por eso la sociedad entre el gobierno, la fuerza de trabajo y la producción debe ser virtuosa, justa y transparente entendiendo por fin que no es la riqueza la que genera trabajo sino el trabajo el que genera riqueza.

@Arielmagirena


Sociedad del trabajo y cultura de derechos (Para el fin del desempleo, la desfinanciación del Estado y la ofensa de la limosna)|Por Ariel Magirena – NCN


martes, 4 de agosto de 2020

DEUDA EXTERNA. épica de la rendición

3 grupos administradores de los saqueadores de la Argentina celebraron esta madrugada el acuerdo sobre la deuda externa que garantiza la impunidad de sus administrados y la continuidad de la metodología de robo del capitalismo central y sus socios locales a nuestro país mediante fraude y fuga. Argentina acaba de renunciar a investigar y a repudiar la deuda odiosa y permite al gobierno pasado volver a ser alternativa electoral para un eventual nuevo gobierno en una carrera que encabeza el "amigo" Horacio Rodríguez Larreta. El rescate de bonos y recambio por nueva deuda aniquila la trazabilidad y compromete al actual gobierno. Sus tenedores de convierten en anónimos y los delitos son indultados de facto. La clase política argentina es socia del saqueo, por eso todo el espectro se apresura a aplaudir el nuevo sometimiento voluntario sobre el cual el Pueblo no fue consultado y resultará víctima por generaciones. Pero, además, la Argentina está cometiendo un papelón internacional al proceder exactamente en contrario de la posición propia con la que consiguió en la ONU un repudio internacional de la mayoría de los países del mundo contra los fondos buitre y los mecanismos de fraude sobre las deudas soberanas, luego de una histórica presentación de la ex primera mandataria Cristina Fernandez.
@arielmagirena

domingo, 2 de agosto de 2020

LA RENTA UNIVERSAL Y EL FIN DEL TRABAJO





Para terminar con el "costo laboral" terminarán con el trabajo. 
Los foros y las fundaciones "humanistas" que financian la reducción poblacional y la fragmentación social alientan en el mundo la "renta básica universal" para la subsistencia de los que no forman parte del plan de la etapa superior del capitalismo. De ese modo limitarán la protesta y solventarán a los sobrevivientes mansos mientras la humanidad llega al mínimo ideal. 
En la Argentina un progresismo extraviado de la realidad de un país precarizado y tecnológicamente atrasado aduce que es la salida adecuada frente a la destrucción del empleo que genera la automatización de los procesos productivos y que permitirá contener a la vieja generación incapaz de incorporarse al trabajo digital. 
Viven en un universo paralelo. 
No nos sorprende que el cristinismo secunde hoy propuestas instaladas por el macrismo durante su mandato. Como cuando alentó la campaña "Ni una Menos" y la Ley de aborto (demostrando que la "grieta" es falsa y son socios en la agenda) fue Mauricio Macri el que introdujo el debate durante su gobierno. Naturalmente su condición de clase imaginó una renta con contraprestaciones soñando que serviría a los suyos para tomar mano de obra eventual que estaría pagada por el Estado. El ajuste brutal del macrismo aniquiló el empleo y el salario pero, habiéndolo consumado por encima de lo que exigía el FMI, el progresismo le rinde mucho mejor al capitalismo financiero ya que le sobran recursos intelectuales para justificar cualquier cosa: ayer victimas, hoy son maestros de la "posverdad".  
Por encima de eso se encuentra el acuerdo que le permitió dominar la estructura del Partido Justicialista y mantiene quietos a los principales sindicatos y al peronismo, oportuna y generosamente infectado de micropolítica y marketing.
Una sola clase social hegemoniza la política en nuestro país y el resultado es que la agenda que abarca todo el espectro electoral tiene eje en reivindicaciones micro y de sector que niehan las de interés social. A esta altura no les importa que el Estado emita y empeore la inflación y AF se resiste apenas a que todo le estalle en las manos.
Para consumar con éxito su cometido de aniquilar todo lo que queda en la memoria y el corazon del Pueblo de un proyecto de país necesitan terminar con la cultura de derechos y alentar la del ego. La sociedad liquida ha creado al ser liquido y a ese se dedica el marketing político hoy. Nadie se desarrolla en una sociedad que no se desarrolla. 
El resultado en los individuos es furia, desaliento y frustración. 
Incapaz de dar respuestas a la sociedad el gobierno propone la rendición moral. En la frustración el individuo sucumbe a la duda del propio ser y para eso está la ideología de la fragmentación que le da tetas a un señor con conflictos de identidad sexual pero le niega carne a la dieta de los niños. 
Una sociedad que viola sus prioridades sociales revela su degradación moral. Una sociedad moralmente rendida no se organiza ni vence.
La cultura del trabajo es el ultimo frente de resistencia de un pueblo digno.
Una renta universal se convertirá en el fin de las paritarias y del empleo registrado e instalará una cultura antitrabajo que reforzará la "grieta". Ese ingreso será el verdadero salario básico y el ariete con el que derrumbarán por fin los derechos laborales. Los que habitamos suelo argentino seremos extorsionados a aceptar migajas como sueldo ya que las patronales calcularán que ese monto ya está en el bolsillo familiar y el trabajador no denunciará la vileza para no quedarse sin nada. Es plan, El "individuo"  decidirá someterse voluntariamente al abuso y garantizará la miseria al colectivo que, además, verá caer la capacidad adquisitiva de la limosna estatal como ocurre ya con las asignaciones y las jubilaciones, aún peor que sobre los salarios que son defendidos (mal que bien) por los sindicatos. 
La precarización de facto también destruirá la organización sindical al vaciarla de afiliados y aportantes como ocurrió durante la década de los '90 con burocracias siempre listas para el negocio corto.
"No puede haber desocupación  en un país donde todo está por hacerse" dijo Perón en 1972. Podríamos ir por un plan de desarrollo económico sostenido en el trabajo, por la planificación y por pleno empleo pero nos proponen elegir la sepultura que nos tiene destinada el proyecto colonial. La clase política y la élite intelectual nos están tendiendo una trampa.
Démosle una mala noticia

@Arielmagirena

sábado, 25 de julio de 2020

PERONISMO O SOCIALDEMOCRACIA. (Qué se votó en octubre?)



Hasta el fraude al electorado de 1989, existía el compromiso de los partidos de ofrecer su plataforma de gobierno.
Impune la mentira de entonces ya todos aceptaron, para lo sucesivo, el nuevo juego.
En ese juego salió airoso Néstor Kirchner quien había sido suficientemente claro durante el alianzato al fustigar por igual al gobierno progresista como a su antecesor.
Su plataforma se hizo explícita, si, el 25 de mayo de 2003 en su discurso de asunción que se resume en dos claves: "vengo a proponerles un sueño" y "no voy a dejar mis convicciones en la puerta de la Casa Rosada".
La política parecía resucitar de mano de su prédica y acción dejando claro una propuesta implícita que logró, luego, otros 2 triunfos presidenciales al peronismo.
En 2015, cuando debió volver la oferta de un proyecto, el marketing seguía liderando y el mensaje de Scioli no pudo contra la estrategia infantil de ocultar al candidato para exponer al contrincante.
El delirio circulante de "perder para volver" eligió negarlo bajo la consigna difusa de que "el candidato es el proyecto" y una verdadera campaña de imposición de marca del contrincante, en otras como "mi límite es Macri" o la más ingenua y penetrante, "Macri no", que unió a todo el espectro progresista y liberal contra "el continuador" de Cristina.
Si a eso sumamos la nula voluntad de discutir la sospechosa diferencia en torno de 300mil votos, la maniobra parece haber cerrado a gusto.
Macri, sin embargo, se ocupó de presentar plataforma a priori: "vamos a continuar todo lo bueno" o "ajustar sería lo peor" y "volver al FMI sería una locura". Para confesar luego, en sintonía con el primer falsario, que "si decía lo que iba a hacer me iban a tratar de loco".
Lo cierto es que 2019 encontraba un gobierno en retiro y una alternativa débil por el hecho de que la principal candidata posible venía de perder por el rechazo  que concita en el electorado. Así la estratega de 3 derrotas consecutivas decidió eludir el llamado militante a discutir un plan de salvación patriótico y destruyó las internas al nombrar un personaje desprestigiado y sin antecedente electoral por delante de su propia candidatura. -candidato que, además, había claramente confesado su bando en declaraciones firmadas y acciones políticas irrefutables como declararla traidora y acusarla de buscar la impunidad de un acto terrorista-
Así Fernández fue el candidato de "todes" (neologismo que no significa "todos" pero tampoco significa "ninguno") que debió, pero eludió, pronunciar el plan de gobierno.
Su estrategia fue eficaz al momento de las PASO en las que sacó 21 puntos de diferencia a su rival pero fracasó en las definitivas que terminó ganando "preguntando la hora al referi" con un repunte del perdedor de 2 de cada 3 votos.
Fernández perdió las oportunidades de su asunción y de la Apertura de Sesiones parlamentarias para presentar plan de gobierno y a casi 8 meses de su mandato sigue improvisando, lo que sugiere que no lo tiene.
En medio de una crisis mundial provocada por un virus y a las puertas de una negociación por el blanqueo del saqueo al Estado que se pretende llamar deuda, está también en el filo de ser el tercer fraude al electorado si es que no tiene plan o si su plan no es peronista. Lamentablemente, en el momento actual de obsecuencia y de negación del diálogo interno el costo no lo pagaría él sino el peronismo si los peronistas no somos capaces de advertirles, a él y al Pueblo, que el camino que no lleva a la salvación lleva al infierno.

@Arielmagirena

martes, 30 de junio de 2020

La Patria es un sueño que agoniza

En la medida en la que pasaron los años me arrepentí de mis dos primeros votos presidenciales resultado de mi rebeldía impotente.
En 1983 fui fiscal general del PI en una escuela y, gracias a la vulnerabilidad del sistema electoral, voté aunque todavía no tenia la edad legal. Ese voto quedó indultado por inútil ya que encontré después serios testimonios de que la elección que ungió a Alfonsin en la presidencia que tanto nos dañó estuvo amañada para favorecerlo (en la provincia de Buenos Aires fue realmente grosero llegando a negociárse las intendencias) ya que todo era mejor si se sacaba de encima a los milicos (el virus de la teoría del mal menor). Probablemente poco podía hacer en ese momento el peronismo desde el lugar de debilidad institucional que significaba tener a decenas de miles de cuadros afuera del juego: muertos, desaparecidos, presos, en exilio o en clandestinidad.
Pero no haber votado a Menem en el 89 fue imperdonable. Yo ya militaba en el PJ al que me afilié en 1985 jugando la histórica interna de la "renovación" dentro de la "cafieradora". Mi inmadurez casi decide por desilusión mi salida temprana de la lucha política. Mi petulancia adolescente me sugería por encima de la sabiduría del Pueblo peronista que nos había puesto en derrota por aplastamiento en favor del riojano encantador de serpientes.
Para 1994 toda la clase política jugaba al juego del Turco y le regalaba, a cambio de ventajitas miserables, la aprobación de la Constitución con la que Argentina fue ejemplo y vanguardia del Consenso de Washington, cuando nació el neoliberalismo que Fukuyama anunciaba como el fin de la historia.
Ya que estaban todos de acuerdo en el modelo y sólo se dirimiría quien lo iba a conducir el peronismo se rompió en dos listas sin ningún escándalo. Yo elegí la de Bordon - Alvarez luego de la interna en la que apoyé al mendocino pese a haber militado con el Chacho hasta que se fué. El Pueblo reeligió contundentemente al padre del modelo y reconstructor desde las ruinas del desastre alfonsinista (eso es un valor que el Pueblo decidió premiar).
Eso si: como Cristina y Pichetto, nunca me fui del PJ. Es que el peronismo siempre encuentra identidades descartables para momentos coyunturales en la contienda por la representación del Movimiento, sobre todo cuando se burocratiza en favor de un proyecto de hegemonía (la característica pendular que distingue y volvió inmortal a nuestro movimiento revolucionario y de masas frente a otros a los que vimos morir en milenios de lucha popular).
Como los pueblos "raramente se equivocan" -dijo Perón- pero los hombres si -y las mujeres-, pude ver en 1999 y en 2015 como, desde la presidencia, se boicoteó al candidato propio con la misma ilusión de regresar por clamor tras el desastre acostumbrado de cada gobierno radical. En ambas oportunidades haciendo abdicar al peronismo de su papel de opositor hasta que en 2001 emergiera Duhalde como alternativa (siendo el único candidato que le ganara al "voto bronca") y en 2003 Kirchner fuera la voz díscola de la liga de gobernadores (que fungía de oposición republicana por decantación).
Habiendo sido siempre oposición pero siempre adentro del peronismo, aprendí el valor de la disciplina del voto partidario y ya no la abandoné; sin embargo me encontré con la nueva trampa liberal adentro del movimiento que fue esgrimir el miedo y la urgencia para eliminar, en todo lo que va del milenio, la democracia interna. Parece que se impuso la lógica perdedora de acatar el imperio de lo malo para evitar lo peor.
A esta altura siento a nuestro pueblo como esa mujer que zafó de la muerte en la última paliza del marido golpeador para caer en la promesa de protección de una nueva pareja que la viola y prostituye sin levantarle una mano... y escucho y leo a los explicadores que la quieren convencer de que está mejor así y que aguante.
Voy entendiendo mal el signo de los tiempos en los que el peronismo está resultando algo así como una marca de ropa con viejo prestigio nunca igualado pese a la evolución del marketing. Voy entendiendo mal que no vale nada cada linea de doctrina que nos anunciaba esto que padecemos y no quisimos prevenir. Que Jauretche es un viejo perdido en la prehistoria que señalaba la diferencia entre cambiar de collar y dejar de ser perro. Que Perón y sus verdades (sus certezas) valen menos que la cultura hippie y que se la seca a una adolescente recién inventada que debería vivir mojada. Que lo de "primero la Patria" se "deconstruyó" para que hoy discutamos nombres que la historia dirá alguna vez si habrán de ser relevantes. Que se puede decir que "la patria es el otro" mientras le decimos al otro que sufra para no perder nuestros privilegios de clase que persisten aunque se degraden. Que la política pasó de ser la "herramienta para resolver los problemas de la sociedad" -que decía Kirchner- a ser el negocio de quienes viven de ella o sus migajas. Que el valor de nuestro días es esperar y que su metáfora de marketing es"quedate en casa" como mantra del pensamiento mágico. Que cuando dicen "todos" no incluye a las mayoría ni a vos, si sos parte de ella. Que los muertos no tienen el mismo valor ya que los muertos de la pobreza no merecen medidas excepcionales en ningún lugar del planeta ni aquí (tan luego aquí) donde alguna vez un movimiento revolucionario, nacionalista y popular se propuso y logró un camino de justicia social (que es la única verdadera justicia).
Hoy mismo, leyendo a Perón, volví a sufrir la contradicción de sentir que no merecimos la ventura irrepetible de tener un líder y filósofo de su estatura inalcanzable... para decirme después que será este mismo pueblo, humilde, criollo y cristiano, que lo parió, el agua que desborde los diques para retomar el cause de su revolución inconclusa.
-"y en el medio?" -preguntará con buena intención un liberalprogresista que se autopercibe Peronista pero no le dió aún por leer un libro suyo completo-.
Ni fría ni caliente es el agua tibia: y no cocina ni refresca.

@Arielmagirena

(foto de mi adolescencia en hombros del Libertador como un niño en los de su padre)

sábado, 6 de junio de 2020

Autopercepción, corrección política y cuarentena

Según Brecht un fascista es un burgués asustado. La particularidad de la autopercibida pequeña burguesía (blanca, progre y metropolitana) que se define "clase media" (cuando no es media ni clase) es su sobreactuación frente a su mediocridad y molicie intelectual: toma elaborados argumentos para fingirse por encima de los que critica. Es así que proyecta sus incapacidades en sectores sociales de los cuales su retórica simula estar afuera (salvada) individualmente considerando "brutos, ignorantes, salvajes, idiotas, masoquistas, manipulados por los medios" y múltiples etcéteras a los demás, como juez de facto con autoridad divina.
Todo argumento suyo es una agresión que obtura el debate y elude la inteligencia. Su perspectiva es tan sesgada e irresponsable que simplifica lo complejo de nuestra sociedad en eslóganes publicitarios que imagina eficaces por repetidos. 
Su sustrato discriminador básico niega el drama social o lo romantiza. Su discurso aporofóbico y paternalista resulta una caricatura "light" del fascismo y revela su notable propensión a acomodarse en los tiempos como versión amable del modelo hegemónico. Su corta sensibilidad se restringe a apoyar las causas de los sometidos desde un lugar de privilegio o impostar un discurso de indignación respecto de los más acomodados sólo hasta que tiene la oportunidad de acercárseles, que es su inconfesada aspiración.
Su moral gelatinosa y liberal permea automáticamente ante la posibilidad de una ventaja y tiene un recurso torpe e infantil para justificarse y darse impunidad: señalar a otro y cambiar de tema.

sábado, 23 de mayo de 2020

Reseteo global y tercera posición.



Atravesamos una crisis provocada. La decidió el grupo Bilderberg que integran el puñado de millonarios dueños de la banca y la tecnología digital. (Soros, Rothschild, Rockefeller, fundación Bill y Melina Gates, etc).
Son los financistas de la OMS y funcionan hace más de una década como un "gobierno profundo" global que introduce la agenda progre de fragmentación social en todo el planeta. Las administraciones de los países cambian pero sus agendas no, merced a sus instrucciones. Está agenda se consolidó en la Argentina durante el gobierno de Macri en el que, además, formó los cuadros necesarios para garantizarla, que Argentina no tenía. Trajeron gurúes y coachers a enseñar liderazgo y respiración. Promovieron el ingreso de sectas del tipo "fullmindness" y confesaron el plan educativo para que los niños aprendieran a “sobrellevar la frustración”. Podemos recordarlo de un vídeo del ex ministro de educación Esteban Bullrich que se coló en las redes con impunidad.
Se expresó en modo elocuente cuando el Pro impulsó la agenda de género y el aborto aún contra los intereses de su propia base electoral.
Para la garantía de la continuidad de la agenda necesitan que los cuadros que formaron sean parte del gobierno y se está cumpliendo hoy. 
El plan económico actual dictado a la Argentina busca reducir el valor en dólares de cada recurso y empresa nacional para libre disposición del capital financiero que ya es dueño de la banca, el seguro y la salud. Por eso el ajuste sigue y los precios se disparan "sin inflación" (o sea: con recesión) ya que el mercado, la producción y el poder adquisitivo están destruidos. Recordemos que la última experiencia neoliberal (Menem) había conseguido deflación en medio de la burbuja económica que nos distraía para liquidar todo vestigio de soberanía.
Los nombramientos de funcionarios y candidatos del gobierno pasado en el actual, junto con las medidas de superajuste y las rebajas salariales y la actualización recesiva de jubilaciones, se producen mientras el mundo vive una puja entre los dos sectores más poderosos del capitalismo: el de los dueños de la banca y el de los dueños de las empresas que dominan las Bolsas del mundo. Las caras mas visibles son Soros y Trump. Se disputan el modo de "reseteo" del capitalismo para el que, según sus cálculos, sobran 5mil millones de personas en el mundo.
Que nada será igual después de la pandemia no es un vaticinio sino una amenaza. Todo indica el favor hacía uno de los bandos cuando no queremos ni nos conviene ninguno. Ya atravesamos esta encrucijada en la 2da posguerra y creamos la tercera posición pasando en sólo 10 años de ser uno de los países más injustos del planeta a una de las 10 potencias más importantes inaugurando la cultura de derechos mediante el trabajo y la justicia social.
Es la ÚNICA salida de esta situación.
@Arielmagirena

jueves, 7 de mayo de 2020

Para que vuelva Evita

Celebrar a Evita es celebrar el peronismo y la militancia. 
Frente a los evitadores de Evita -los que la traicionan intentado mellar al peronismo inventando colisiones entre ella y su gran amor y autor político- la militancia es el homenaje merecido en el camino que nos señalara sin ambages.
Es a Evita a la que se niega en el olvido o la postergación de las deudas de nuestra democracia. Se suspende a Evita en la suspensión de la demanda y de la lucha. Porque Evita es la voz de esa demanda que se funda en acción. Es la expresión palmaria de que la militancia es un desafío cotidiano. Que es la construcción social el cimiento de la voluntad política.
Contra los poderes constituidos y el consenso del relato que manipulan los mercaderes de la información no alcanzan los discursos de un gobierno. Las medidas sin demanda corren el riesgo de ser anécdota si no son carne del pueblo. Fue lo que preservó por décadas derechos que nos parecen ya incuestionables, y es la falta de esa carnadura la base de esa amnesia selectiva que supone avances en lo que es recuperación y lo que habilita el retraso para lo que necesitan los que esperan cuando ya no pueden esperar.
Evita es la garantía en la lucha de los logros populares: esos que costará sangre arrancar, si es que lo logran.
Evita significa lealtad, sin dudas ni condiciones, al proyecto de Perón que es la felicidad del Pueblo.
“Yo le pido a Dios que no permita a esos insectos levantar la mano contra Perón, porque ¡guay de ese día! Ese día, mi general, yo saldré con el pueblo trabajador, yo saldré con las mujeres del pueblo, yo saldré con los descamisados de la Patria, para no dejar en pie ningún ladrillo que no sea peronista”…
Intérprete genuina del pueblo que la ungió de santidad cuando Perón la propuso (en su condición de indio negada por la historia liberal) “jefa espiritual del movimiento”, Evita encarnó la mística misma de la militancia por la Patria justa, libre y soberana.
En el planteo genial del gran estratega Evita cumplió, afuera del Estado y las estructuras formales de la partidocracia, el papel que la colocó para siempre en la historia y la puso por encima de lo que jamás hizo otra mujer en los días de la humanidad. En sólo 7 años, desde su unión en amor y militancia con Perón, Evita cambió para siempre los destinos de los humildes de nuestro suelo y fue ejemplo para los pueblos del mundo.
No fue desde una banca que Evita consiguió el voto femenino sino construyendo la demanda entre las mujeres.
Siendo la primera afiliada del Partido Peronista Femenino encaró la lucha por los derechos de las mujeres considerándolas protagonistas, en contraste explícito con las feministas de su época que se colocaban en rol de víctimas o las que se extraviaban buscando competir con los varones en roles de varones despreciando aquellos que sólo las mujeres pueden cumplir.
“Donde hay una necesidad nace un derecho”, sentenció Evita para movilizar a los sectores antes adormecidos y siempre necesitados para hacerse escuchar. Y cada derecho fue acción, porque ir por más, o ir por todo no puede perderse en la futilidad de una consigna: es construir explícitamente cada “más” y cada “todo”.
Se manifiesta vacante en estos días quien pudiera ser Perón: sintetizar y conducir; ser estrategia y doctrina. Pero a 101 años de su nacimiento también se patentiza la ausencia de quien pudiera ser Evita: la militancia y el pueblo movilizado, consciente de su rol y sus derechos.
En estos días de abuso simbólico de su imagen, manipulando y traicionando su mensaje elocuente e irrefutable al pretenderla embanderada en micropolítica de secta, su prédica de unidad y su lucha señalan el camino que debemos recuperar sin pretextos.
Falta y nos hace falta, Evita. La impaciente y la insumisa. La del amor violento y la caricia masiva. La pasión de la inteligencia. La sangre brava de la revolución inconclusa. Necesitamos ser millones para que vuelva

@arielmagirena

sábado, 2 de mayo de 2020

Alberto Fernandez y la encrucijada del destino

La segunda guerra mundial con sus decenas de millones de muertos y la destrucción total de pueblos, países y economías, fue el contexto en el que el peronismo irrumpió en la historia nacional y cambió irremediablemente el modelo de exclusión social poniendo al Estado como eje del proyecto de desarrollo que consiguió que un  país exportador de materias primas con el 90% de la población sumergida en pobreza se convirtiera, en menos de diez años, en una potencia de nivel mundial. 
Lo que era una desgracia fue una oportunidad.
Evito adrede enumerar de que manera se destruyó el proyecto Nacional durante todos los gobiernos que sucedieron al golpe del 55 con la única excepción del último gobierno de Perón (iniciado por Cámpora en el 73 y cerrado por Isabel con el golpe del 76). 
El presidente Alberto Fernandez  encuentra en este momento un escenario análogo al de Perón a nivel mundial, aunque muchísimo menos grave en sus consecuencias materiales y número de muertes (pese a lo que sugiere el bombardeo mediático internacional frente al Covid 19). La guerra dejo 60 millones de muertos y países de tres continentes reducidos a escombros en un mundo en el que vivía la tercera parte de la población actual. Hoy, con más de 7500 millones de habitantes y todos los edificios e infraestructura pre pandemia en pie, el ajuste para el reseteo del capitalismo se realiza más con mayor comodidad para los que lo planearon.
La situación que vive el mundo resultó una sorpresa ingrata para el hombre que se preparaba y anunciaba para el escenario que recibió en diciembre de 2019, mas parecido al que recibiera Alfonsin después de la última dictadura oligárquica-imperialista ejecutada por militares sin sentido de Patria. 
El veloz cambio de las condiciones de contexto definitivamente aniquila la soñada eficacia de una salida alfonsinista (con sometimiento al capital internacional, reconocimiento de la deuda ilegítima y rescate de bonos) que fuera copiada con pocas modificaciones en cada crisis posterior, ya que el mundo es imposible de prevenir con certeza.
La salida alfonsinista, explicitada en el acuerdo con los tenedores privados dando impunidad a la deuda ilegitima, no sólo tiene destino de pobreza a largo plazo sino que en el corto -el período de gracia para comenzar a pagar- no avisora ninguna posibilidad de crecimiento ni de auxilio externo como soñaban el ministro Guzman y su maestro ex Gerente Director del FMI Josef Stiglitz. Menos en las expectativas del acuerdo con el Fondo que es siempre el mismo y se basa en miseria, asistencialismo y claudicación soberana.
El desafío de un gobierno que sigue atendiendo la urgencia y posponiendo gobierno, está en el rol del conductor frente esta catástrofe von la que no contaba ya que la única solución posible pasa por la valentía de restaurar el Proyecto Nacional que claramente parece no estar en los planes (suponiendo que tuviese planes luego de confesar que no gusta de ellos)
Un Alberto Fernandez que pensaba ajustarse, para lucirlo, el traje del decadente autor de la hiperinflación y el salario mas bajo de la historia se enfrenta resistiéndose con tenacidad a la necesidad de probarse el de la titánica y mas exitosa figura que dieran la política argentina y del tercer mundo todo.
Mientras define si espera instrucciones de alguno de los bloques en pugna por el planeta (el de la Open Society de Soros-Rothschild que maneja a Europa y la OMS o los nacionalismos sui generis de Putin, Ji Ping o Bolsonaro) o se atreve a la tercera via de proteger el trabajo, el alimento y la salud de los argentinos en modo "vivir con lo nuestro", el descontento social está apenas contenido por el confinamiento obligatorio.

"El poder es hacer lo correcto"(Peron)


No es la primera vez que nos encontramos en crisis y esta despertó conciencia de que toda la capacidad de respuesta de este momento está en los jirones que quedan del Estado. Pero también en políticas de Estado que fueron no sólo exitosas para las crisis sino para el desarrollo y la justicia social. 
Se hace urgente para seguir teniendo Patria, ejecutar un plan de salvación nacional con eje en la soberanía:


1) Soberanía sobre el ahorro argentino (nacionalización de la banca y el crédito)
2) Soberanía alimentaria (prohibición del paquete agrotóxico y fomento de la agricultura sostenible. Proteccion de la semilla y la tierra. Nacionalizaciòn del comercio agrario estableciendo garantías para una alimentación de calidad a toda la poblaciòn)
3) Soberanía del agua (prohibición con sanciones ejemplares al cierre del acceso público al agua y expropiación patrimonial a los contaminadores)
4) Soberanía energética (política hidroeléctrica, termonuclear, petrogasÍfera, eólica y minera al servicio de la producción y el desarrollo)
5) Soberanía monetaria (modificación radical de los contratos auríferos, declaración de inalienabilidad de los recursos, declaración de la moneda nacional como bien público e inconvertible para eliminar el mercado negro de divisas. Auditoria internacional de los recursos naturales y estratégicos para determinar el valor de la moneda de curso local y su capacidad adquisitiva)
6) Soberanía previsional (declarar inalienable del fondo de garantía de jubilaciones y pensiones. Recuperar el instituto de reaseguro y modificar la ley de seguros orientándola a la necesidad social, patrimonial y productiva)
7) Soberanía sanitaria (nacionalización de la salud eliminando la intermediación privada a través de la creación de una agencia Nacional a la que sevirà sin exclusiones toda prestadora privada de la salud).
8) Soberanía laboral (el Estado como garante del empleo y el trabajo mediante una agencia única nacional que registre y administre la situación laboral y social de todos los habitantes de la Argentina garantizando plena ocupación a través de la centralizacion y cruce de datos mediante tecnología aplicada)
9) Soberanía ambiental y habitacional (promoción y creación de comunidades autosostenibles)
10) Soberanía digital (promoviendo o creando nodos y redes garantizando conectividad y un paquete gratuito de datos digitales mínimo para cada habitante)
11) Soberanía comunicacional (presupuesto para comunicación e información pública y ley de responsabilidad pública de los medios de comunicación a la que deberá atenerse cada señal que acceda a territorio nacional por aire, satélite o redes)
12) Soberanía cultural (alentar la producción y el consumo cultural. Nuestros artistas y pensadores nos representan mejor que cualquiera del extranjero y se debe facilitar el acceso de toda la población al producto artístico y cultural y al debate social)

13) Soberanía aduanera y de intercambio (nacionalización inmediata del comercio exterior y la administración de puertos)
Ariel Magirena