domingo, 27 de agosto de 2023

No son lo mismo. El mensaje de las urnas que no quieren oir

 


Será muy difícil superar la estupidez política de los tiempos que protagonizamos. Los que se ofenden y enseñan que Massa no es lo mismo que Milei conviven en sus filas con los que dicen que Milei es lo mismo que Hitler.

Las contradicciones epistemológicas extremas producen daño psíquico y muchas veces llevan al colapso. El buen cristiano que mata para salvar su vida lo paga con el tormento en su conciencia por el resto de su existencia. Nada recupera a la madre de dos hijos en peligro que sólo pudo salvar uno. 

En el cuerpo social también funciona, aunque se paga en función social y puede salvar la responsabilidad individual que diluye en la masa. Muchos militantes de izquierda o progresistas se encuentran hoy contradiciendo sin pudor sus convicciones haciendo campaña por un liberal por miedo a un neoliberal al que sin sentido acusan de nazi. Sacrifican así su autoridad ante una sociedad que los mira y juzgará sin piedad.

Aprendí en el ejercicio del periodismo, que me dio de vivir 35 años, que la credibilidad es todo el capital de un periodista. Por eso mi compromiso ético no cedió a presiones ni simpatias políticas o conveniencias económicas (he pagado con desempleo ese atrevimiento).  Mis publicaciones en los medios que trabajé, cómo mi exposición pública en foros y congresos, del mismo modo que en mi participación en redes virtuales manifiestan lo que afirmo. No suelo callar ante la afrenta ni la miseria intelectual. No falto el respeto de quienes me escuchan, ven o leen y ofrezco mi mirada junto con información dura para interpretarla.

Me veo moralmente obligado. Es esa mi militancia, no la política (en la que tengo el mismo compromiso ético y moral).

Una mirada conservadora distingue claro qué es un gobierno de "derecha": uno que (medido por sus resultados) consigue que nos ricos se enriquezcan y los pobres se multipliquen.

No tengo que calificar a los dos últimos gobiernos argentinos, sus resultados son irrefutables. De ahí la necesidad de comparar que los impotentes exigen en relación a la "opción por  el mal menor".

Ni Massa es Milei ni Milei es Hitler.  De hecho Hitler era un totalitarista del estado y Milei es exactamente lo contrario. Hitler (apoyado por la burguesía industrial alemana que disfrutó las mieles en los tiempos de apogeo de la Republica de Weimar) se parecía más a Stalin, ...pero a Stalin no lo eligió el voto ciudadano. Milei es una especie de Menem sin engaño. Un ingenuo que dice las atrocidades que va a cometer. A la luz de esto, lo que deberíamos preguntarnos es por qué los más pobres los votaron. 

Del mismo modo que la clase media cuando se siente cómoda no quiere que los pobres asciendan y vota liberales, los pobres han descubierto que los progresistas los engañan ofreciendo derechos pero dando limosnas. El mensaje de las urnas con voto mayoritario de los sectores mas castigados es verdaderamente elocuente: "si no hay derechos para nosotros que no haya para nadie".

Parece, hoy,  la proclama de unidad más sensata. Antes era la izquierda celebrando el empeoramiento social soñando que impactaría en la conciencia de las masas oprimidas. Esta vez son esas masas las que le dicen, fundamentalmente a la izquierda y el progresismo, que la unidad va a ser posible solamente si ellos TAMPOCO tienen privilegios. 

El problema radica en elegir si estamos con las masas oprimidas -contra todo tipo de privilegio- o si estamos con los corruptos de todo signo sosteniendo la miseria y la limosna para su propio beneficio. Y esa opción NO ES electoral de ninguna manera.  

Sólo arriesgan sus derechos los que los tienen. Los que ya fueron despojados de ellos y son insultados con limosna y verso no pierden nada ni pareciera que estén preocupados por dejar de ser menospreciados por los que ya les hicieron un daño que nadie se ofrece a sanar.

A falta de voto ilusión volverá a haber voto castigo (o no voto).

La tormenta que se avecina es parte del diluvio que nos azota desde hace dos gobiernos y puede que traiga huracanes. Nos preparamos para ella o la negamos con un discurso fantasioso de que si votamos bien se disipa?

Cierro con dos frases que representan dos momentos diferentes y cotradictorios de la política argentina y sus influencias en la conciencia colectiva.. 


"La única verdad es la realidad"...

y

"Si querés llorar, llorá"


@Arielmagirena