lunes, 11 de julio de 2022

Batakis: respuestas para la prensa pero no para la crisis

 


En un discurso con fuerte carencia de medidas, contrario a lo que había anunciado, la flamante ministra de economía se presentó oficialmente en sociedad en una conferencia de prensa en la que ratificó los acuerdos con el FMI -sellados por su antecesor Martin Guzman- adelantando mayor ferocidad en el ajuste pese al crecimiento económico macro del que las familias argentinas no reciben alivio para sus módicas demandas.

Sentencias sin contexto que no participan del debate público ni responden a preguntas hechas en torno de la crisis abrieron su narrativa de pretextos. Que “hoy el mundo está en desequilibrio” podría haber dicho cualquier dirigente de cualquier lugar del mundo en cualquier momento de la historia, del mismo modo que referir a una “situación inédita de guerra” ya que no existe momento histórico sin guerras -especialmente en las últimas décadas-  y TODAS afectaron la economía mundial de alguna manera. Sobre todo no significan nada estas cosas si lo dice un gobierno que -como todos en democracia- fue elegido precisamente PARA resolver las vicisitudes del momento.

Son justificaciones estériles: como si una madre dijera “no contaba con que fuera bebé”, o “me sorprendió que tuviese que entrar a la escuela” o “la adolescencia es una etapa muy difícil” respecto de la crianza de sus hijos.

Que estamos “en un mundo muy distinto al de la 2da guerra mundial” (acaecida hace mas de 8 décadas) no sirve como diagnóstico y difícilmente para presentar un plan de salida de la crisis o una exposición de metas que tampoco hizo esta vez. 

En ese contexto su caracterización de que “vivimos en un país globalizado” omite adrede el hecho explicito de que el gobierno decidió participar de esa globalización sin globalizar ingresos, capacidad adquisitiva del salario, valor de la moneda ni metas inflacionarias. Sin voluntad para ser socio de la globalización desde una perspectiva soberana decidió ser su víctima con ganancias para los sectores locales de poder, que SI son socios y participan del negocio global a costa de la pobreza que producen las políticas sociales y económicas del gobierno y su escala de prioridades.

La sentencia feliz de que “la matriz productiva argentina está intacta” es retórica sin un punto de perspectiva: con qué momento lo compara? Con la estructura heredada de Macri?, con la de Cristina Fernandez, la de Nestor Kirchner, la menemista, la alfonsinista, la de Martinez de Hoz, la de Isabel?...al menos interpretamos por sus dichos que no debe ser la de la segunda guerra mundial.

Cuando Batakis dice que quiere exportar trabajo argentino no nos dice que está hablando de exportar la explotación de una clase trabajadora con salarios varias veces insuficientes para alcanzar la canasta básica de necesidades (y a la baja por inflación). Que el trabajo argentino vale menos que los granos argentinos (que tienen procesos altamente tecnologizados y necesitan menos mano humana).

Cuando dice que no quiere un modelo especulativo lo hace devaluando la moneda cotidianamente por decisión oficial desde que asumió este gobierno y aun desde antes, cuando el actual Presidente calificaba de sensatas las devaluaciones durante el macrismo; cuando las tasas de interés, con respecto del tipo de cambio cíclicamente intervenido para la toma oportuna de la brecha por parte de los especuladores son negativas en relación con la inflación e impiden el ahorro familiar (de aquellos que todavía tienen capacidad para eso). Batakis dice esto en el mismo discurso en el que considera en equilibrio el tipo de cambio que produce, delante de nuestros ojos,  alzas en los precios domésticos imposibles para el bolsillo familiar. Y cuando el gobierno mantiene el mecanismo más fabuloso de especulación financiera pagando tasas astronómicas a los bancos a través de imponerles  Leliqs para aspirar los pesos que emite.

 

Las medidas?

-La eterna promesa de “no gastar más de lo que tenemos”, con la salvedad saludable pero contradictoria -durante la conferencia de prensa- de que el “Estado no está para ahorrar”, se explicó en el compromiso del tipo “ahora sí” que hizo sobre la administración de “cuenta única” y el control mensual de las cuotas de gastos que incluye el congelamiento de la planta de trabajadores estatales (a los que claramente considera gastos).

- La creación de un “comité asesor” para la deuda (cuya conformación y propósitos aun son misteriosos) y la creación de un tribunal de defensa de la competencia para prevenir el alza de los precios (que calificó de injustificados “en la última semana”) son parte de la novedad aunque no sean concretamente medidas antiinflacionarias. Tendrá este Tribunal atribuciones para sancionar? Habrá una ley en la que pueda basarse para eso?

-El nuevo  esquema de “tasas positivas”, para alentar la inversión privada en la cartera pública garantizando su rendimiento, habla de nueva deuda y modos de seducción para la aceptación de ésta en el mercado.

- Con el cumplimiento del llamado a licitación para el gasoducto Néstor Kirchner, la rebaja en la compra extranjera de energía y la continuidad del plan de segmentación de tarifas ejecuta los últimos anuncios de Martin Guzmán.

-El organismo de valuación inmobiliaria pasará a la órbita del Ministerio de Economía con el fin de actualizar con sentido de justicia tributaria las propiedades de todo el país ponderando su ubicación geográfica (preparémonos para un aumento en la valuación e impuestos  la vivienda familiar y la vivienda en el mercado de alquileres con su consiguiente impacto en el valor y requisitos para alquilarlas).

 

Las interrogantes

Respondiendo a las preguntas de un puñado sorteado de periodistas la ministra confesó la continuidad de un derrotero signado por la improvisación frente al costo social de su plan económico (el del FMI) al confesar que no se alcanzará la meta inflacionaria del 52% anual pactada ya que “fue suscripta tras el mayor endeudamiento mundial” (una falacia si es comparada en su relación con el PBI), “los efectos de la pandemia” y la “inflación mundial” (otra falacia ya que las mismas condiciones se dieron en todo el mundo, la afectación sanitaria local fue similar en casos y muerte que la de los peores números del globo y, sin embargo, ninguna otra economía tuvo el impacto paralelo de muertes, empobrecimiento e inflación similar al de la Argentina que, además, tiene mayor riqueza en recursos que la mayoría).

Por otra parte desmintió a la vicepresidenta cuando relativizó el efecto cambiario en los precios. Batakis minimizó al mercado paralelo sin mencionar que los instrumentos oficiales de compra tienen a la divisa estadounidense por encima del valor “blue”.

La ministra admitió el incumplimiento de las metas de refuerzo de reservas soberanas adjudicándolo a un fenómeno eventual de amesetamiento que será superado en septiembre, el que en realidad se manifiesta en la venta de reservas para el control de ese mercado que rminimizó al considerarlo del 3 por mil del mercado total de divisas.

Respecto de los rumores de default de la deuda pública en pesos garantizó su pago y consideró maliciosos los rumores “contra un gobierno electo por el voto popular”, aun cuando reconoció que el gobierno de Macri -también elegido así- “defaulteó” esa deuda. Al respecto alegó disidencia con la calificación oficial del FMI que consideró que la Argentina necesita “acciones dolorosas para beneficiarse” de ellas. En este punto Batakis  defendió el rol del Estado con el déficit como instrumento para asistir urgencias como la falta de grifos en ciertos lugares o el pago de los sueldos privados durante el Aislamiento Social Preventivo Obligatorio.

Por último destacó la necesidad de un Estado solvente con el “prestigio” que le da el equilibrio fiscal.

Para dejar en claro que no hay cambios en el rumbo económico, que nos trajo a esta situación crítica, el Ministerio de Economía tiene hoy una declarante capaz que responde hábilmente a todos…pero de ninguna manera todo.


@arielmagirena

sábado, 9 de julio de 2022

AF, el 9 de Julio y un relato de espaldas al pueblo



El que le escribió el discurso a Alberto Fernández lo puso otra vez a hacer diagnóstico como si a casi 3 años de asumir no tuviese ninguna responsabilidad sobre lo que describe. Como si no fuese resultado de la traición de sus promesas electorales lo que nos desanima y llena de frustración.

Como si no jugara cada día y en cada discurso a la división -como su antecesor- con la «herencia recibida» justificando sus desatinos. Como si el enriquecimiento de los ricos y la multiplicación de los pobres no fuesen resultado de su gestión y la muestra de para quiénes gobierna.

Posponiendo siempre para después el desarrollo y la justicia social. Relatando un país que termina geográficamente en Ushuaia. Celebrando un crecimiento cuyos números nunca llegan al pueblo, como si fuese una maldición y no un efecto de sus políticas.



Festejando exportaciones e importaciones récord q no tienen resultados en el bienestar de la población y si en su penurias. Reivindicando que apagó la economía y desactivó el Estado en lugar de aprovechar la crisis covid para suspender pagos y fortalecer la economía local.

Adjudicando a otros sus propias incapacidades o sus propias decisiones como si la moneda no se devaluara oficialmente cada día para realizar el ajuste cuyo efecto es la aniquilación del salario y la ampliación de la brecha social.

Como si no fuese el suyo uno de esos «gobiernos de espalda al pueblo que perpetúan el hambre y la pobreza» a los que se refirió siempre como analista y nunca como presidente.
Como si la realidad argentina fuese su relato y no lo que vemos y sufrimos los argentinos.

Como si la «distribución justa del ingreso» no fuese resultado de la planificación que corresponde siempre al gobierno. Como si el «escenario que nos toca» nunca hubiese tocado a otros presidentes que lograron resultados haciendo exactamente lo contrario que su gobierno hace.

El discurso del presidente no fue el discurso de un presidente.Tal vez nunca pudo salir de su rol de operador político al servicio de dirigentes de mayor envergadura y representatividad. Tal vez es el «explicador» (claramente no, el comunicador).

Tal vez…no tenemos presidente.


@ArielMagirena


lunes, 4 de julio de 2022

Batakis entre las ilusiones del mercado, los objetivos del gobierno y las necesidades del país



“Estas dispuesta a seguir con el plan económico que dejó funcionando Martin Guzman?” cuando ella le dijo que si, el Presidente le respondió “Sos mi nueva Ministra de Economía”.

Alberto Fernandez necesitaba esa respuesta para que no fuesen vanos los costos asumidos de sostener sin pausa un programa económico con un altísimo impacto social, riesgos injustificados y compromisos insostenibles en un mundo convulsionado por una pandemia. La crisis del Covid-19 encontró a la Argentina negociando -sin investigación ni cuestionamiento- con los tenedores privados de la deuda consumada durante el saqueo perpetrado por el Estado durante el macrato y le dio la oportunidad de posponer la misma discusión con el FMI, que garantiza también impunidad. Paralelamente el resto de los países pusieron sus propias economías como prioridad: deudas fueron condonadas y compromisos impagos con el consentimiento de todo el planeta. Incluso los organismos multilaterales de crédito dispusieron fondos para reforzar las economías heridas por los gastos inesperados.

Antecedentes

Silvina Batakis supo, en su momento, remontar desde la cartera de economía de la Provincia de Buenos Aires el ataque de Cristina cuando le cerró el grifo a Daniel Scioli diciendo que si una provincia es deficitaria la culpa es del gobernador. Era el modo de la Primera Mandataria de bajarle el precio electoral al que parecía ser el candidato natural del Frente para la Victoria con miras a las presidenciales de 2015. Batakis fue fundamental para conseguir que Cristina se rindiera frente a la perspectiva de derrota en las PASO del que decía que era su ungido -Florencio Randazzo- a la que habría quedado irremediablemente pegada.

La provincia más importante productiva y demográficamente del país es inviable desde que Alfonsín le robó una porción de sus ingresos con la Ley de Coparticipación Federal para poder tapar sus agujeros económicos. Desde entonces los fondos que la Provincia recauda no alcanzan a cubrir los costos operativos (salarios e insumos) y mucho menos para los de infraestructura. Cada gobierno nacional (comenzando por el de Alfonsin) envió recursos a Buenos Aires. Menem ensayó un modo de institucionalizarlos llamándolo Fondo de Reparación Histórica del Conurbano y hasta el propio Fernando de la Rua, en pleno hiperajuste, dispuso una enorme cantidad de fondos para una provincia opositora con el fin de posponer el incendio que finalmente se lo llevó puesto.

Frente al embate referido de la presidente, Batakis toma, bajo órdenes de Scioli (quien primero dialogó con los sectores que afectaría) dos medidas históricas que dejan al kirchnerismo, en los hechos, irremediablemente a su derecha:

1) aumenta el impuesto de las tierras productivas más de 1200% (ningún impuesto nacional aumentó en esa proporción durante el kirchnerismo).

2) impone un tributo al juego de 38 puntos (más que las retenciones agrarias).

¿Saben cuánto tributaba el juego a nivel nacional? La respuesta es CERO (no creo que haya cambiado).

Presente

La eficacia de un recurso, en este caso humano, (el conocimiento y la experiencia de la flamante Ministra) depende de quién lo usa y para qué. De tal manera que habremos de ser testigos de si Batakis hará una gestión atrevida y exitosa como con Scioli dejando a su sucesora, Maria Vidal el Estado funcionando (alcanzó las metas formuladas pero los problemas estructurales de la provincia son insalvables gracias al saqueo legalizado del padre de la hiperinflación)… o será exitosa aniquilando la cultura del trabajo mediante la instalación del salario básico universal -pedido por Grabois en su provocativo tuit que todos leímos- mientras consuma el ajuste clásico del FMI.


Aunque la llegada de Batakis lo oxigena y alienta expectativas en los mercados, el único plan de gobierno que tiene Alberto Fernández, que ejecuta desde el día en que asumió y cuya fidelidad exigió a su Ministra es exactamente contrario al que demandamos los argentinos sin distinción partidaria: freno de la inflación, recuperación de la moneda y de la capacidad adquisitiva del salario, promoción del empleo con derechos laborales, créditos para el desarrollo productivo y personal, instrumentos de ahorro y transparencia en la gestión.

@arielmagirena

Batakis entre las ilusiones del mercado, los objetivos del gobierno y las necesidades del país|Por Ariel Magirena – NCN

sábado, 2 de julio de 2022

Perón: apenas un invitado en el aniversario de su muerte




 Por @arielmagirena 

En el día que debió homenajearlo mencionó a Perón apenas un puñado de veces en un largo discurso. Lo acusó de militar golpista y antisindical. Incluso confesó no haberlo leído y que para este acto revisó los subrayados que Néstor Kirchner había hecho sobre Manual de conducción política que oportunamente le regalara Julián Domínguez.

Su discurso autoreferencial ofende a la doctrina justicialista y ratifica la inexplicable sujeción a la agenda globalista donde no caben los proyectos nacionales.

Pero además en su argumentación sobre la tercera posición justicialista relata dos categorías del capitalismo que ya no existen (marxismo y liberalismo) y confunde el capitalismo de estado de la ex Unión Soviética con el estado justicialista, que oponiéndose a los dos capitalismos (de mercado y de estado) toma el capital como instrumento y no como fin ya que su horizonte es el bien común: justicia en lo social, soberanía en lo político e independencia en lo económico.

Mejor se entiende si lo leemos a Perón:

«2 de mayo de 1950 inauguración del periodo de sesiones parlamentarias.

Para el capitalismo la renta nacional es producto del capital y pertenece ineludiblemente a los capitalistas. El colectivismo cree que la renta nacional es producto del trabajo común y pertenece al Estado, porque el Estado es propietario total y absoluto del capital y del trabajo. La doctrina peronista sostiene que la renta del país es producto del trabajo y pertenece por lo tanto a los trabajadores que la producen.»

 Perón: apenas un invitado en el aniversario de su muerte|Por Ariel Magirena – NCN